Lunes 22 de agosto de 2022. La Santísima Virgen María, Reina

Mateo 23,13-22

¡Ay de ustedes, guías ciegos!

13 "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. 14 . 15 ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes! 16 ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: "Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, ¡entonces sí que vale”! 17 ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? 18 Ustedes dicen también: "Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar". 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? 20 Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. 21 Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. 22 Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.

Reflexión.

Duras las palabras de Jesús ... ¿Cómo nos llegan a nosotros? ... ¿En qué cosas nuestra fe es más de apariencias y de liturgias que de un verdadero estilo de vida cristiano? ... Repasemos nuestros objetivos de nuestra vida espiritual ... ¿Qué cosas son sólo “deberes”? ... ¿Dónde está lo medular de nuestra vida de fe? ... ¿Dónde las obligaciones superan nuestros convencimientos sinceros? ... ¿a quienes hemos podido contagiar con obligaciones que van más allá de lo que realmente Jesús nos pide?

Coloquio.

Señor Jesús, ayúdanos a no caer en las prácticas farisaicas. Que seamos capaces de ayudar a muchos a que entren en el Reino de los Cielos, acompañándolos con tu mensaje de amor y perdón. Ayúdanos para que con nuestro acompañamiento espiritual podamos colaborar en el discernimiento de quienes tu nos confías, para que te encuentren en sus vidas y contigo encontrar la voluntad del Padre. Envíanos tu Espíritu, Señor, a nosotros y a todos los que queremos vivir eternamente en tu amor, para que aumente nuestra fe y la esperanza de estar siempre con Dios, nuestro Señor. Amén