Reflexión.

Traigamos a nuestra memoria a aquellos conocidos nuestros que no siguen a Jesús salvo para pedirle y exigirle milagros. … ¿Conozco casos? … ¿Quiénes? … ¿Y nosotros? …. ¿Es nuestra fe dependiente de los milagros o más bien en nuestra vida los milagros se han dado a partir de nuestra fe? … Conversemos hoy con Dios dando gracias por nuestra vida y todas las cosas buenas que nos han pasado, más que pidiéndole nuevamente milagros  

Coloquio.

Señor, te damos gracias por tanto milagro que nos regalas sin que te lo pidamos. Gracias por la vida, por las personas que nos acompañan en nuestra existencia. Gracias por las cosas pequeñas que nos gustan y que tenemos. Gracias por contar con el apoyo de mis familiares, amistades y compañeros de trabajo y comunidad.  En cada gesto, en cada situación, en todas las personas y cosas de la naturaleza estás Tú, Señor. Actuando, viviendo junto a nosotros. Son todos esos, signos tuyos, verdaderos milagros que nos regalas para vivir más plenamente. Gracias, Señor.