Reflexión.

Recordemos nuestras tristezas esos momentos de angustia … ¿cuándo? … ¿porqué? … ¿qué nos ha producido tristezas? …  ¿Estábamos cerca o lejos de Dios? ….Meditemos  sobre la promesa de Jesús de transformar nuestra tristezas en alegría …  Dialoguemos al respecto con Él tomando experiencias concretas de nuestra vida… ¿qué le decimos?

Coloquio.

Señor Jesús, les anunciaste a tus discípulos tu pasión y muerte. Pero también los consolaste con el anuncio de tu resurrección y la gran alegría que aquello significaría. En nuestras vidas, pasamos también por momentos de lamentaciones, tristezas, angustias y dolores, tanto personal como socialmente. Nos anima saber que tu promesa se cumplió con tus apóstoles y nuestra esperanza es que también en nuestras vidas las tristezas se transformarán en alegrías, las angustias y dolores pasarán y contigo, resucitado, renacerá en nosotros una vida plena y eterna. Amén