Sábado 7 de enero de 2023. San Raimundo de Peñafort

Juan 2, 1-11

En Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos

1 Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 Jesús también fue invitado con sus discípulos. 3 Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". 4 Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". 5 Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga". 6 Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. 7 Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. 8 "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. 9 El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo 10 y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". 11 Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Reflexión.

Observemos nuestro entorno, a quienes están en la fiesta de esta vida y quieren vivirla en plenitud, quieren ser felices. ¿Hay algo que se le está acabando para vivir felices? … ¿qué vino se les termina y que sólo Jesús puede dárselos? … ¿Paz?, … ¿esperanza?, … ¿amor?, … ¿fe? … ¿otra cosa? … Como María, le pedimos a Jesús que intervenga para que la fiesta de su vida continúe feliz. ¿y a nosotros? … ¿qué se nos está acabando?

Coloquio.

Señor Jesús, el vino que nos anima en la fiesta de la vida se está acabando. Necesitamos de tu vino para vencer los egoísmos, las envidias, los rencores que nos quitan la paz. Tenemos agua, Señor. Bendícela para que transformada en vino santo nos haga más solidarios, fraternos y misericordiosos. Necesitamos del vino del amor para que gobierne nuestras relaciones interpersonales y convierta nuestra vida en fiesta, donde reine la felicidad, donde reine la caridad, donde reines tú, Señor. Gracias por estar con nosotros en la fiesta de nuestra vida y hacer que esta continúe por toda la eternidad junto a ti. Gracias, Señor.