Jueves 7 de Julio de 2022. San Fermín

Mateo 10. 7-15

Lo que recibieron gratis, denlo gratis

7 Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. 8 Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. 9 No lleven encima oro ni plata, ni monedas, 10 ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. 11 Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. 12 Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. 13 Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. 14 Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. 15 Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.

Reflexión.

¿Qué padecimientos podemos aliviar? ¿A quiénes que se sienten morir podemos reanimar? ¿Cuáles son los postergados de la sociedad que podemos rehabilitar? ¿qué demonios podemos expulsar de nuestros hermanos? ¿Cómo? ... Podemos, ... no necesitamos mayores preparaciones ni provisiones. Sólo sintiéndonos enviados ... Adelante ... Vamos

Coloquio.

Señor Jesús, nos invitas a realizar lo que tu hiciste entre nosotros. Nos llamas a proclamar que el Reino de los cielos está cerca. Puede que no tengamos la habilidad de curar enfermos, pero si podemos acompañarlos, cuidarlos y escucharlos en sus dolencias. Puede que no tengamos el poder de resucitar muertos, pero si podemos volver a la vida de la esperanza a quienes están muertos por la angustia y la soledad. Puede que no podamos purificar leprosos, pero si podemos limpiar corazones que están contagiados con llagas de odio y de resentimiento. Puede que no tengamos poder de expulsar demonios como lo hacías tu, pero si podemos entusiasmar con una vida fraterna y solidaria, lejos de los valores del mal espíritu y con eso expulsarlo de nuestro ambiente social. Ayúdanos, Señor para ser agentes de paz, invocándola en nuestra casa y en la de nuestras familias, amistades y, en general, en todas partes, ya sea que la reciban o no. Argentes tuyos, construyendo una sociedad donde reine la paz. Amén.