Viernes 17 de junio de 2022. San Ismael

Mateo 6. 19-23

Donde está tu tesoro, allí está tu corazón

19 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. 20 Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. 21 Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. 23 Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!

Reflexión.

¿Cuáles son nuestros anhelos? … ¿nuestros deseos? … ¿Qué es lo que más buscamos en la vida? … ¿por qué luchamos? ... ¿por qué objetivos daríamos nuestra vida? … ¿qué tesoros acumulamos? … ¿cómo es nuestra relación con lo material? … ¿con el dinero? … ¿con la fama? … ¿con el reconocimiento? … ¿cómo anda nuestra vanidad? … ¿Cuál es nuestra búsqueda? … ¿Hacia dónde dirigimos nuestra mirada? … ¿Qué andamos buscando? … Recordemos eso de que “allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón” … O sea, nuestros objetivos seguidos con pasión con todos nuestros sentimientos … ¿serán esas metas lo que Dios quiere para nosotros? … ¿cuánto de amor, perdón y servicio hay en esos objetivos?

Coloquio.

Señor Jesús, nos invitas a dedicar nuestros esfuerzos por los tesoros del cielo, en lugar de los de la tierra. Ayúdanos a aumentar nuestras reservas amando, perdonando y sirviendo fraternalmente que es lo que Dios valora. Que aumentemos las reservas de solidaridad y justicia. Que sean esos los valores que iluminen nuestro camino por la vida y que con ellos podamos vencer las tinieblas del mal espíritu. Amén