Mateo 7, 6.12-14

Traten a los demás como ustedes quieren que ellos los traten

6 No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. 12 Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. 13 Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. 14 Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran..

Reflexión.

1) Recordemos los problemas que hemos tenido al tratar las cosas de Dios con quienes no las quieren recibir y las ridiculizan. … ¿Quienes?, … ¿cuándo?

2) Meditemos sobre esta regla de oro de “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos” … ¿En qué podemos aplicarlo en este último tiempo? … ¿cuándo hemos faltado a esta regla? … ¿cuándo hemos sentido que la han faltado con nosotros?

3) ¿En qué cosas hemos sentido que seguir a Jesús es difícil? … ¿cuándo nos ha parecido que el “anti-evangelio” es más fácil de vivir? … Meditemos sobre la promesa que lo difícil nos lleva a una vida más feliz … ¿nos ha pasado? … ¿lo hemos sentido? … ¿Cuándo?

Coloquio.

Jesús, nos invitas hoy a reflexionar sobre la importancia de respetar lo sagrado, que es lo más valioso que tenemos y a tener cuidado de escoger adecuadamente la puerta que nos lleva a una vida plena y no confundirnos, para no tentarnos por lo fácil, sino por lo que sea más acorde con la voluntad del Padre. Y nos das un consejo práctico para lograrlo. Aquello que nos gustaría recibir de los demás, que se lo demos a ellos. Y agregas que esa es la voluntad de Dios, pues en eso consiste la Ley y los profetas. La invitación está planteada, entonces: ¿Qué es lo que nos gusta recibir?, ¿con qué nos sentimos bien? ¿Qué agradecemos mucho que nos den? … ¿Amor, perdón, solidaridad, confianza? … ¿Qué nos gusta recibir? … Aunque nos parezca difícil, aunque sea la puerta angosta, animémonos a darles aquello que nos gusta a nosotros a quienes nos rodean, familia, amigos, a todos y estaremos haciendo la sagrada voluntad de Dios y el Señor nos regalará la paz. Amén