Jueves 30 de junio de 2022. Primeros santos mártires de la Iglesia de Roma

Mateo 9, 1-8

La gente alababa a Dios

1 Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad. 2 Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados". 3 Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfema". 4 Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal? 5 ¿Qué es más fácil decir: "¿Tus pecados te son perdonados”, o “Levántate y camina”? 6 Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". 7 Él se levantó y se fue a su casa. 8 Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

Reflexión.

Nos imaginamos acostados en esa camilla… sin poder vivir plenamente … ¿qué nos impide ser felices hoy? … ¿cuáles son nuestras parálisis? … ¿qué nos tiene inmovilizado? … ¿algún mal recuerdo? … ¿algo que ha pasado en nuestra vida? … ¿algo que no podemos vencer? … Escucho a Jesús dándonos ánimo … perdonándonos nuestras faltas … liberándonos de lo que nos ata en nuestro pasado y en nuestro presente … El nos quiere felices … libres. Gracias, Señor.

Coloquio.

Señor Jesús, te damos gracias porque has venido a traernos una buena noticia que repara toda dolencia, toda limitación, toda culpa. Nos vienes a comunicar que el Padre es infinitamente misericordioso. Que nos ama al extremo y que por lo tanto todas nuestras faltas nos están perdonadas. Que podemos vivir confiados en que Dios no nos culpa, que nuestros pecados están perdonados. Y además, nos invitas a vivir en plenitud, a confiar mutuamente, a vivir fraternalmente, solidariamente y de esta forma ayudándonos unos a otros, nuestras falencias, nuestras limitaciones se van superando. Lo que nos tiene paralizado, se libera y nuestra vida se transforma de angustiosa a alegre, pasamos de las tinieblas a la luz. Y además esta vida gozosa, continúa más allá de la muerte de este cuerpo temporal y es eterna junto al Señor. Gracias, Señor por tan buenas noticias. Amén.