Martes 10 de enero de 2023. San Gonzalo

Marcos 1. 21-28

¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús?

21 Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. 22 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

23 Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: 24 "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".

25 Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". 26 El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.

27 Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".

28 Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.


Reflexión.

Contemplemos a Jesús y el hombre con el espíritu impuro. … Observemos el rostro de ese hombre. Veamos en él a quienes conozco y andan enredados, desorientados, desolados, lejos del Señor. … ¿Quiénes? … pronunciemos sus nombres … Le pedimos a Jesús que actúe y expulse de ellos a los espíritus impuros, para que se liberen, para que encuentren la paz. … Gracias Señor.


Coloquio.

Señor, Te admiramos y alabamos porque enseñas con autoridad. Te agradecemos porque en tus gestos, en tu forma de vivir, nos invitas a la compasión, a la fraternidad, a preocuparnos de los que sufren, de los que el mal espíritu tiene atrapados y les impide ser felices. Ayúdanos a seguirte y a también nosotros, poder reconocer la presencia del demonio en nuestros hermanos como también en nuestra propia vida. Ayúdanos a tener la fuerza y el poder de la fe y así, poder expulsar la acción del demonio, que se refleja en faltas de amor, en rencores, en incapacidad de perdonar y ayudar. Ayúdanos a construir una sociedad más inclusiva y más justa, donde todos nos sintamos hermanos y nos ayudemos y nos tratemos con dignidad. Amén.