Lunes 30 de enero de 2023. Santa Martina

Marcos 5. 1-20

Cuenta lo que el Señor ha hecho contigo

1 Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 2 Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. 3 Él habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. 4 Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. 5 Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. 6 Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, 7 gritando con fuerza: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!". 8 Porque Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!". 9 Después le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". Él respondió: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos". 10 Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. 11 Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. 12 Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: "Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos". 13 Él se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara –unos dos mil animales– se precipitó al mar y se ahogó. 14 Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. 15 Cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor. 16 Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. 17 Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio. 18 En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él. 19 Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti". 20 El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.

Reflexión.

¿Conocemos a alguna persona que la está pasando mal? … ¿que vive con problemas,… amargada,… todo lo ve negativo? … No es libre ni feliz… ¿Quién? … Pronunciemos su nombre en silencio… recordemos su rostro… Dios la quiere feliz y ella está triste y angustiada… El mal espíritu hace un gran trabajo allí… tiene un demonio en su interior como el hombre del evangelio… Pidámosle al Señor que actúe en esa persona y la libere… Que su vida cambie… Que pueda dar testimonio de su liberación… ¿qué podemos hacer para ayudarla? … ¿qué puede ser lo que Dios quiere que hagamos de modo que pueda ser más feliz? Su vida puede cambiar… ¿cómo ayudar? Pidamos ayuda a Dios para colabora en su felicidad. Gracias Señor

Coloquio.

Señor, hoy te pedimos por quienes sufren mucho a consecuencia de estar poseídos por el mal espíritu. Sus vidas están mayormente influenciadas por el rencor, el individualismo y la indiferencia ante los problemas de los otros. Viven pensando que serán atacados, a la defensiva. Viven tratando de ganar a los otros, compitiendo. Les cuesta tanto perdonar, les cuesta tanto amar profundamente. Les cuesta dar, servir a los otros sin nada a cambio. Hay muchos que viven con estos demonios en su interior y que les impiden ser felices, les impiden vivir en paz, les apagan la alegría de la existencia en el Espíritu. ¿Conocemos gente así, en menor o mayor medida?. Rogamos hoy a Dios por ellos. Para que esos espíritus impuros salgan de su existencia y puedan vivir en paz, tranquilos, alegres, felices, sintiendo al Señor cerca, encontrando y haciendo su voluntad. Gracias, Señor porque tu presencia provoca que los malos pensamientos e intenciones salgan de nosotros. Permite que siempre te sintamos presente en nuestras vidas y de esa forma que los demonios se alejen de nosotros. Gracias, señor por haberte conocido y por aceptarnos como discípulos. Amén

Comentario

Este relato nos enseña la importancia de tener fe y confianza en Jesús y su poder para sanar nuestras vidas y liberarnos de lo que nos ata. Muchas veces en nuestra vida cotidiana, nos encontramos atrapados en problemas, preocupaciones y miedos que nos impiden avanzar. Sin embargo, si confiamos en Jesús y le pedimos ayuda, él puede liberarnos de estas ataduras y darnos la paz y la tranquilidad que necesitamos.

Además, este relato también nos recuerda que, al igual que el hombre poseído, a veces podemos ser controlados por nuestras propias pasiones y deseos. Pero, si permitimos que Jesús entre en nuestras vidas, él nos ayudará a liberarnos de estos impulsos negativos y nos dará la fuerza para vivir de acuerdo con su voluntad.