Martes 16 de abril 2024. San Flavio Sigmarigen

Juan 6,30-35

Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed

30 Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo". 32 Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; 33 porque el pan de Dios  es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". 34 Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". 35 Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.

Reflexión.

¿Cuántas veces hemos acudido a Jesús detrás de milagros? ... ¿Cuántas veces queremos seguir al Jesús que cura enfermos, da trabajo y anima a los amargados? … Meditemos sobre el Jesús que nos abre las puertas de la Vida Eterna ... aquel que resucitado venció a la muerte ... aquella vida donde no hay hambre ni sed ...  ¿En qué situaciones concretas de nuestra vida nos parece ya estar viviendo esa experiencia prometida por Jesús? … Nuestra fe en Jesucristo, ¿qué hambre ha quitado por completo, ... qué sed ha saciado totalmente?

Coloquio.

Igual que esa multitud que te seguía y que comió de cinco panes y dos peces, Jesús, nosotros también queremos comer del pande vida que tú nos entregas, de tu palabra que nos enseña a vivir de un modo distinto. Con tu pan jamás tendremos el hambre de la ambición, se nos acabará el apetito de competir y ganarle a otros. Con tu estilo de vida jamás tendremos sed de venganza cuando nos hacen mal, ni habrá sed de egoísmo. Gracias, Jesús por traernos el pan que viene del cielo.