Reflexión.

Recordemos los momentos difíciles que nos ha tocado vivir. … Esa pena, … esa incertidumbre, … cuando la barca de nuestra vida se estremece.  … Allí en medio de nuestros miedos Jesús nos invita a la paz … ¿Nos ha pasado? … ¿Nos está ocurriendo? … Jesús nos calma … nos pacifica … ¿qué le decimos? … ¿qué sentimos?

Coloquio.

Señor, Jesús, tu calmas las tempestades que azotan nuestras vidas, cuando navegamos solos, sin ti. Te apareces en nuestras vidas cuando tenemos miedo, Cuando nos hundimos en la desesperanza, tu nos invitas a no desesperar, a confiar en que Dios nunca nos abandona. Gracias, Señor. Contigo todo es distinto, todo cambia. Contigo las angustias del rencor se cambian por la paz de la misericordia. Contigo el estrés del individualismo se cambia por la tranquilidad de la fraternidad. Contigo la amargura del odio se reemplaza por la dulzura de vivir amando a todos, incluso a los que nos atacan. Contigo la dureza del egoísmo, se reemplaza por el entusiasmo solidario de ayudarnos entre todos. Gracias, Señor por aparecerte en nuestras vidas a cambiar todo aquello que nos hace tanto daño. Amén.