Lunes 29 de mayo de 2023.  Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia

Juan 19,25-34

'Mujer, aquí tienes a tu hijo'

25 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. 26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: 'Mujer, aquí tienes a tu hijo'. 27 Luego dijo al discípulo: 'Aquí tienes a tu madre'. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. 28 Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. 

29 Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. 30 Después de beber el vinagre, dijo Jesús: 'Todo se ha cumplido'. E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. 31 Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.  32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. 33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, 34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.


Reflexión.

Contemplemos y participemos de la escena. Estamos allí junto a María. Imaginemos que somos el discípulo amado por Jesús. … Nos presenta a María como nuestra madre y a ella nos presenta como hijo(a). … ¿Qué sentimos? … Como buenos hijos cuidaremos de nuestra nueva Madre … Y nos dejaremos cuidar por ella como buena Madre.  … ¿qué le podemos decir a ella? … ¿qué le decimos a Jesús?

Coloquio.

Te damos gracias, Señor Jesús, por la confianza que tienes en nosotros al confiarnos a tu Madre. Puedes partir en paz que nosotros nos encargaremos de ser buenos hijos con ella. La mantendremos muy cerca y con ella seguiremos tu proyecto de anunciar y construir el Reino de Dios….  María, desde ahora te llamamos “mamita” María. … Confía, mamita, en nosotros, cuidaremos de ti y juntos llevaremos a cabo el proyecto de tu Hijo encargado por el Padre. Juntos anunciaremos una buena noticia a los pobres, liberaremos a los cautivos, expulsaremos los demonios que angustian a muchos y contribuiremos para que nuestra sociedad sea cada vez más cercana al sueño del Reino, donde junto al Padre, Jesús y su Santo Espíritu, reine el amor, la misericordia y el servicio mutuo.  Amén