Sábado 8 de octubre de 2022. N. Sra. De Begoña

Lucas 11. 27-28

Dichoso el vientre que te llevó

27 Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!". 28 Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".

Reflexión.

Nos imaginamos la felicidad de María de tan preciosa misión: ¡Dar a luz y criar al mismo Dios! Jesús nos dice que esa felicidad será la nuestra, solo escuchando la palabra y haciéndola carne en nuestra vida, en nuestro modo de vivir. ¿qué sentimos ante tan especial promesa? ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida sea más cristiana?

Coloquio.

Señor Jesús, nosotros escuchamos la Palabra de Dios que tu nos traes y nos esforzamos por practicarla. Ayúdanos a lograrlo, Señor, porque somos frágiles. Poner en práctica la Palabra de Dios significa llevar a cabo entre nosotros el amor fraterno, ayudándonos y tratando siempre de hacer felices a nuestros hermanos y hermanas. Practicar la Palabra de Dios es perdonarnos mutuamente por las faltas que cometemos y con ello alcanzar la paz, libres de rencores y ataduras vengativas por los daños recibidos. Practicar la Palabra de Dios es erradicar los egoísmos e individualismos que finalmente nos tensionan y nos quitan la paz. Practicar la Palabra de Dios es vivir en justicia y verdad, desterrando las discriminaciones y mentiras que atentan contra la dignidad que todos nos merecemos. Practicar la Palabra de Dios es vivir en la libertad que nos regala el Señor y al mismo tiempo en la igualdad por ser hijos amados del mismo Padre Dios. Ayúdanos, Señor, a poner en práctica estos valores y con ello vivir felices ahora y siempre. Amén