Reflexión.

¿Y nosotros? … ¿En qué ocasiones hemos caído en lo mismo?... ¿Cuándo hemos predicado algo que no practicamos? … ¿Con quienes aparecemos como superiores y engrandecidos?  … Recorramos nuestro círculo de amigos … la familia … los compañeros de trabajo o estudio … ¿Es nuestra relación de hermanos para servir o de jerarquía? … ¿qué de lo que Jesús crítica a los fariseos se podría aplica a nosotros?  … ¿Cómo enmendar? … ¿Cómo eliminar el fariseo que solemos llevar en nuestro interior?

Coloquio.

Jesús, tu eres nuestro Maestro que nos enseñas a encontrar y hacer la voluntad de Dios. Tu eres nuestro Doctor que nos instruyes para entender y poner en práctica las Escrituras y las leyes de Dios. Tenemos a nuestro Padre de los cielos que nos ama, nos perdona y nos acompaña siempre con tu Espíritu.  De ti, Jesús, hemos aprendido la grandeza de servir, lo importante de ser humilde y paciente. Aprendimos a ser solidarios y fraternos, deseando siempre el bien de nuestros hermanos, que es la forma en que tu nos has formado en el amor. Ayúdanos, Señor, a ser siempre humildes y a no buscar privilegios ni puestos importantes. Ayúdanos a ubicarnos donde más podamos ayudar a otros a ser felices, Amén