Martes 23 de mayo de 2023. Juan Bautista Rossi

Juan 17,1-11a

Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.

1 Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, 2 ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú le has dado. 3 Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. 4 Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. 5 Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. 6 Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. 7 Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, 8 porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. 10 Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. 11a Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.

Reflexión.

Releamos esta oración de Jesús pausadamente… ¿Qué es lo que más nos llama la atención? … ¿Qué encontramos de novedoso en esta oración? … ¿De qué forma sentimos que somos protagonistas en esta escena? … ¡Jesús ora por nosotros! … ¿Qué sentimos ante el hecho de que estamos presentes, en primera persona en la oración de Jesús?.

Jesús pide al Padre que lo glorifique al retornar junto a El.  … Nosotros, ¿de qué forma glorificamos también a Jesús, presente en nuestras vidas? … ¿qué actos nuestros se pueden interpretar como dar gloria a Jesús? … ¿con quienes? … ¿cuándo? … Se lo contamos a Jesús. Es nuestra respuesta a todo lo que El ha hecho por nosotros.

Coloquio.

Señor Jesús, tú has sido glorificado por el Padre, de donde viniste a mostrarnos la voluntad de Dios para nosotros. Gracias, Jesús, por ser portador de la vida eterna y entregárnosla a nosotros. Gracias por mostrarnos a un Padre amoroso y misericordioso que nos mira con cariño y está permanentemente preocupado por nosotros, deseando nuestra felicidad. Gracias, Jesús por mostrarnos el camino hacia el Padre, para que en medio de todas las injusticias, las crisis y los desencuentros podamos vivir felices siguiéndote a ti y con ello siguiendo al Padre que nos quiere solidarios y fraternos, honestos y sinceros, cultivando relaciones amorosas, cuidándonos y perdonándonos unos y otros. Gracias por rogar al Padre por nosotros, ahora que tu volviste a El. Amén