Deuteronomio 30, 9-14
"La Palabra de Dios está Cerca de Ti: El Camino a la Vida y la Felicidad"
“9 Entonces el Señor, tu Dios, te hará sobreabundar de bienes en todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los frutos de tu suelo. Porque el Señor volverá a complacerse en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres, 10 si tú escuchas la voz del Señor, tu Dios, observando sus mandamientos y sus preceptos, los que están escritos en el libro de esta Ley; si te conviertes al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. 11 Porque este mandamiento que yo te prescribo hoy no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. 12 No está en el cielo, para que digas: «¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, para que lo oigamos y lo pongamos en práctica?». 13 Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: «¿Quién cruzará por nosotros el mar y nos lo traerá, para que lo oigamos y lo pongamos en práctica?». 14 No, la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica.”
Contexto
Este pasaje se encuentra hacia el final del libro del Deuteronomio, que es una colección de discursos de Moisés al pueblo de Israel justo antes de entrar en la Tierra Prometida. Moisés ha renovado la alianza, ha recordado la Ley, y ha presentado al pueblo las bendiciones de la obediencia y las maldiciones de la desobediencia. En este capítulo 30, después de haber hablado de la posibilidad del exilio por la infidelidad pero también de la promesa de la restauración si el pueblo se convierte, Moisés pronuncia estas palabras llenas de esperanza y cercanía, enfatizando la accesibilidad de la voluntad de Dios.
Tema Central
El tema central es la accesibilidad y la cercanía de la Palabra y el mandamiento de Dios. No es algo lejano, esotérico o inalcanzable, sino que está al alcance de todos, "en tu boca y en tu corazón". La obediencia a esta Palabra, que surge de una conversión sincera ("con todo tu corazón y con toda tu alma"), es el camino hacia la vida, la felicidad y la bendición abundante de Dios.
Aplicación a nuestra actualidad
Las palabras de Moisés al pueblo de Israel resuenan con una fuerza especial para nosotros hoy, a menudo abrumados por la complejidad de la vida o por sentir a Dios como alguien lejano:
La Promesa de la Felicidad en la Obediencia: El pasaje comienza con una hermosa promesa de bendición y felicidad que brota de la escucha y la observancia de los mandamientos de Dios. Esto nos recuerda que la voluntad de Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias para coartar nuestra libertad, sino un camino diseñado para nuestra verdadera felicidad y plenitud.
La Conversión del Corazón: La condición es "si te conviertes al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma". La obediencia verdadera no es un cumplimiento externo, sino que nace de una conversión interior, de una reorientación total de nuestra vida hacia Dios.
La Palabra no es Inalcanzable: "Este mandamiento... no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance". A veces podemos sentir que vivir según los mandamientos de Dios es un ideal imposible. Moisés nos asegura que no es así. Dios no nos pide algo que no podamos cumplir con su gracia.
La Palabra no está Lejos: "No está en el cielo... Tampoco está al otro lado del mar...". No necesitamos realizar hazañas extraordinarias ni buscar revelaciones esotéricas para conocer la voluntad de Dios. Él se ha revelado de manera clara y accesible.
La Palabra está Cerca: en la Boca y en el Corazón: "No, la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica".
En tu boca: La podemos confesar, proclamar, enseñar, orar. La fe se articula y se fortalece al ser expresada.
En tu corazón: Dios ha inscrito su ley en nuestra conciencia. A través del Espíritu Santo (como entenderá la teología cristiana posterior, cf. Romanos 10,6-8 donde Pablo cita este pasaje aplicándolo a Cristo), tenemos una capacidad interior para conocer y amar el bien.
Para ponerla en práctica: El fin de tener la Palabra tan cerca es vivirla, actuar según ella.
Para los cristianos, esta "Palabra" que está tan cerca ha tomado un rostro y un nombre: Jesucristo. Él es la Palabra de Dios hecha carne, que habita en nosotros por la fe y por el Espíritu. A través de Él, la voluntad de Dios se nos ha hecho no solo accesible, sino personal. Este pasaje nos invita a dejar de poner excusas, a no ver la vida cristiana como un ideal lejano e imposible, sino a reconocer que la Palabra de Dios está a nuestro alcance, en nuestro corazón y en nuestros labios, esperando ser acogida y vivida cada día como el camino seguro hacia la vida y la felicidad.
Preguntas para la reflexión
¿Siento a veces que vivir según la voluntad de Dios es algo "superior a mis fuerzas" o "fuera de mi alcance"? ¿Cómo me ayuda este pasaje a cambiar esa perspectiva?
¿De qué manera experimento que la "Palabra está muy cerca de mí", en mi corazón y en mi boca, a través de la oración, la Escritura, la conciencia, la comunidad?
¿Hay áreas de mi vida donde necesito una conversión "con todo mi corazón y toda mi alma" para poder escuchar y practicar mejor la Palabra de Dios?
¿Qué "excusas" (como "¿quién subirá al cielo?" o "¿quién cruzará el mar?") suelo poner para no comprometerme más a fondo con la práctica de la fe?
Si la obediencia a la Palabra de Dios es el camino a la felicidad, ¿cómo puedo yo hoy dar un paso concreto para ponerla en práctica y así acercarme a esa plenitud que Dios desea para mí?
Oración
Señor, Dios nuestro, te damos gracias porque tu Palabra y tus mandamientos no son un yugo pesado ni un ideal inalcanzable, sino un camino de vida y felicidad que has puesto cerca de nosotros, en nuestro corazón y en nuestra boca. Ayúdanos a convertirnos a Ti con todo nuestro ser, a escuchar tu voz y a poner en práctica tus preceptos, confiando en que tu gracia nos capacita para ello y que en tu voluntad encontramos nuestra verdadera alegría. Amén.