Salmo 105(104), 1-4, 6-7
"¡Den Gracias al Señor! Busquen su Rostro y Recuerden su Alianza"
“1 ¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas! 2 ¡Canten y toquen para él, mediten todas sus maravillas! 3 ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! 4 ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro!... 6 ¡Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido! 7 El Señor es nuestro Dios, sus juicios se ejercen en toda la tierra.”
Contexto
El Salmo 105 es un himno de alabanza que recorre la historia de la salvación de Israel, desde los patriarcas hasta la entrada en la Tierra Prometida, con el fin de celebrar la fidelidad de Dios a su alianza. Los versículos seleccionados constituyen la magnífica introducción de este salmo. Son una llamada ferviente y multifacética a la alabanza, la acción de gracias, la proclamación y la búsqueda de Dios, dirigida al pueblo de Israel, recordándole su identidad como pueblo elegido.
Tema Central
El tema central es una exhortación a una alabanza integral y activa a Dios. Esta alabanza no es un acto único, sino que implica varias dimensiones: dar gracias, invocar, anunciar, cantar, meditar, gloriarse y, sobre todo, buscar constantemente la presencia y el poder de Dios. Se recuerda al pueblo su identidad como "elegido" de Dios, cuyo señorío y justicia se extienden sobre toda la tierra.
Aplicación a nuestra actualidad
Estos versículos nos ofrecen una guía completa y práctica sobre cómo debe ser nuestra relación con Dios:
Una Fe Agradecida y Proclamada: "¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas!". La vida de fe comienza con la gratitud. Reconocer los dones de Dios nos lleva a "invocar su Nombre" (orar, entrar en relación con Él) y a "anunciar sus proezas" (evangelizar, dar testimonio). Nuestra fe no es para ser guardada en privado, sino para ser compartida.
Una Fe Contemplativa y Artística: "¡Canten y toquen para él, mediten todas sus maravillas!". La alabanza se enriquece con el arte (canto, música) y con la meditación. No basta con saber que Dios ha hecho maravillas; el salmista nos invita a "meditarlas", a rumiarlas en el corazón, a dejar que su significado cale hondo en nosotros. Esta contemplación es la que inspira un canto auténtico.
Una Fe Gozosa y Centrada en Dios: "¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor!". Nuestra verdadera "gloria" o motivo de orgullo no debe estar en nuestros logros o posesiones, sino en pertenecer a Dios y conocer su santo Nombre. La búsqueda de Dios no es una tarea ardua, sino una fuente de profunda alegría.
Una Fe que Busca Constantemente: "¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro!". Esta es quizás la exhortación más importante. La relación con Dios no es un evento de una sola vez, sino una búsqueda continua. "Recurrir a su poder" significa depender de su fuerza y no de la nuestra. "Buscar su rostro" implica anhelar su presencia, su intimidad, su comunión, no solo sus dones. Es un llamado a una vida de oración perseverante.
Una Fe Basada en la Elección y la Soberanía de Dios: "¡Raza de Abraham... hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, sus juicios se ejercen en toda la tierra". Nuestra identidad como creyentes está arraigada en la elección gratuita de Dios (extendida a nosotros en Cristo). Reconocernos como "elegidos" nos llena de gratitud y responsabilidad. Y saber que nuestro Dios es el Señor de toda la tierra, cuya justicia y soberanía son universales, nos da una confianza inmensa.
Este pasaje es un manual para la oración y la vida espiritual. Nos invita a una relación con Dios que sea agradecida, testimonial, contemplativa, gozosa y, sobre todo, una búsqueda constante de su rostro y de su poder, fundamentada en la certeza de su elección y su soberanía.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo hoy "dar gracias", "invocar el Nombre" y "anunciar las proezas" del Señor en mi vida?
¿Dedico tiempo a "meditar las maravillas" de Dios para que mi alabanza y mi fe sean más profundas y menos superficiales?
¿En qué pongo mi "gloria" y mi "alegría"? ¿En las cosas del mundo o en "buscar al Señor" y conocer su santo Nombre?
¿Qué significa para mí "buscar constantemente el rostro" de Dios? ¿Cómo se manifiesta esta búsqueda en mi vida de oración y en mis decisiones diarias?
¿Cómo me ayuda a vivir con más confianza y seguridad la certeza de que el Señor es "nuestro Dios" y que "sus juicios se ejercen en toda la tierra"?
Oración
Señor, Dios nuestro, te damos gracias e invocamos tu Nombre. Queremos cantar y meditar tus maravillas, gloriándonos en tu santidad y alegrándonos al buscarte. Ayúdanos a recurrir siempre a Ti y a tu poder, y a buscar constantemente tu rostro. Gracias por habernos elegido en Cristo, y por ser el Dios soberano de toda la tierra. Que nuestra vida sea una alabanza continua a Ti. Amén.