"¡Alaben Todos los Pueblos al Dios Fiel y Amoroso!"
«1 ¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos! 2 Porque es grande su amor hacia nosotros, y su fidelidad permanece para siempre.» ¡Aleluya!
Contexto
Este es el salmo más corto de todo el Salterio, compuesto por solo dos versículos. Pertenece al grupo de salmos conocido como el "Hallel" (Salmos 113-118), que se cantaban en las grandes fiestas judías, especialmente durante la Pascua. Lo más notable de este brevísimo salmo es su carácter universal: la invitación a alabar a Dios no se limita a Israel, sino que se extiende explícitamente a todas las naciones y todos los pueblos.
Tema Central
El tema central es una invitación universal a la alabanza y glorificación de Dios, dirigida a todas las naciones y pueblos. La razón fundamental para esta alabanza es la grandeza del amor fiel y la lealtad inquebrantable de Dios ("hesed" y "emet" en hebreo), experimentada por su pueblo ("hacia nosotros") pero digna de ser reconocida por todos.
Aplicación a nuestra actualidad
Este brevísimo salmo tiene un mensaje enorme para nosotros hoy. Nos recuerda que la alabanza a Dios no es exclusiva de un solo grupo; ¡es una invitación abierta a todos, sin importar nuestra nacionalidad, cultura o procedencia! Dios nos llama a reconocer y celebrar las dos columnas de su ser: su amor inmenso (un amor leal, misericordioso, que nunca falla) y su fidelidad eterna (su verdad, su constancia, su palabra que permanece). Aunque el salmista dice "hacia nosotros" (refiriéndose a Israel que experimentó primero esa alianza), ese amor y fidelidad son tan grandes que desbordan y alcanzan a toda la humanidad. Nos invita a mirar nuestra propia vida: ¿dónde hemos experimentado ese amor fiel de Dios? ¿Cómo nos ha sostenido su lealtad? Reconocer esto nos lleva espontáneamente a unirnos a ese coro universal de alabanza. Nos llama a superar divisiones y a glorificar juntos al único Dios verdadero, cuyo amor y fidelidad son para siempre. ¿Qué sentimientos me provoca esta invitación universal a alabar? ¿Alegría, unidad, responsabilidad?
Preguntas para la reflexión
¿Cómo puedo yo, personalmente, responder hoy a esta invitación universal a alabar al Señor?
¿En qué momentos concretos de mi vida he experimentado de manera más clara el "gran amor" y la "fidelidad" de Dios?
¿Qué barreras o divisiones (personales, sociales, culturales) me impiden a veces unirme a otros en la alabanza a Dios? ¿Cómo podría superarlas?
Si tuviera que explicarle a alguien por qué alabar a Dios, ¿qué le diría basándome en este salmo y en mi propia experiencia de su amor y fidelidad?
Oración
Señor, Dios de todos los pueblos y naciones, qué admirable es tu amor fiel que permanece para siempre. Hoy quiero unir mi voz al coro universal que te alaba y te glorifica. Que nunca olvide la grandeza de tu misericordia y tu lealtad en mi propia vida. Ayúdame a reconocer tu bondad y a compartir la alegría de tu alabanza con todos, superando cualquier barrera. ¡Aleluya!