Salmo 91(90), 1-4. 14-15b
"Refugio Bajo las Alas del Altísimo: La Confianza y la Respuesta de Dios"
“1 El que habita al amparo del Altísimo y se aloja a la sombra del Todopoderoso, 2 puede decirle al Señor: «¡Mi refugio, mi baluarte, mi Dios, en quien confío!». 3 Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; 4 te cubrirá con sus plumas y hallarás un refugio bajo sus alas... 14 «Él se entregó a mí, por eso yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; 15a me invocará, y yo le responderé. 15b Estaré con él en la desgracia».”
Contexto
El Salmo 91 es un salmo de confianza, una poderosa declaración de la seguridad y protección que encuentra el creyente que se refugia en Dios. Es un diálogo poético. En la primera parte (vv. 1-13), el salmista (o quizás un sacerdote) proclama las bendiciones de confiar en el Señor, utilizando imágenes de refugio, fortaleza y protección contra toda clase de peligros. En la segunda parte (vv. 14-16), es Dios mismo quien toma la palabra para confirmar estas promesas y declarar su compromiso con aquellos que lo aman.
Tema Central
El tema central es la seguridad total y la protección divina que se otorgan a quien vive en una relación de confianza íntima con Dios, habitando "al amparo del Altísimo". Esta confianza no es vana, ya que Dios mismo responde y promete liberar, proteger, responder a la invocación y acompañar a sus fieles en los momentos de desgracia, como recompensa a su amor y a su conocimiento de su Nombre.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo es una fuente inmensa de consuelo y fortaleza, especialmente en tiempos de miedo, incertidumbre o peligro:
La Decisión de Habitar en Dios: "El que habita al amparo del Altísimo y se aloja a la sombra del Todopoderoso...". La protección no es automática para todos, sino para "el que habita", el que elige conscientemente hacer de Dios su morada, su lugar de permanencia. No es una visita ocasional, sino un estilo de vida de comunión y confianza. ¿Estoy yo "habitando" en Dios, o solo lo visito cuando tengo problemas?
Confianza Personal y Declarada: "...puede decirle al Señor: «¡Mi refugio, mi baluarte, mi Dios, en quien confío!»". La fe es personal y debe ser declarada. Afirmar con nuestros labios y nuestro corazón que Dios es nuestro refugio fortalece nuestra propia convicción y es un acto de alabanza.
Imágenes de Protección Tierna y Poderosa: "Él te librará de la red del cazador... te cubrirá con sus plumas y hallarás un refugio bajo sus alas". Se combinan imágenes de poder (librar de la trampa) con imágenes de una ternura casi maternal (un ave que protege a sus polluelos bajo sus alas). La protección de Dios es a la vez fuerte y tierna, segura y acogedora.
La Respuesta de Dios: Los versículos 14-15b son la respuesta directa de Dios, y nos revelan las condiciones para esta protección divina y la naturaleza de su compromiso:
"Él se entregó a mí...": La condición es el amor, la adhesión del corazón.
"...porque conoce mi Nombre": Conocer el Nombre de Dios implica tener una relación personal y de confianza con Él.
La promesa de Dios es triple: Liberación ("yo lo libraré"), Protección ("lo protegeré"), y Respuesta y Compañía ("me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en la desgracia").
Dios con Nosotros en la Desgracia: Es crucial notar que Dios no siempre promete evitar la desgracia, pero sí promete algo aún más profundo: "Estaré con él en la desgracia". Su presencia en medio del sufrimiento es la mayor garantía y el mayor consuelo. No nos deja solos en el valle oscuro.
Este salmo nos invita a tomar una decisión fundamental: hacer de Dios nuestro refugio permanente. Nos asegura que si vivimos en una relación de amor y confianza con Él, experimentaremos su protección poderosa y tierna, su respuesta a nuestra oración y, sobre todo, su compañía fiel en los momentos más difíciles de la vida. Es un salmo para orar, memorizar y aferrarse a él en tiempos de prueba.
Preguntas para la reflexión
¿Qué significa para mí hoy "habitar al amparo del Altísimo"? ¿Qué prácticas o actitudes me ayudan a vivir en esa "sombra del Todopoderoso"?
¿Cuáles son las "redes del cazador" o las "pestes perniciosas" (peligros físicos, espirituales, emocionales) de las que necesito que el Señor me libre hoy?
¿He experimentado alguna vez la protección de Dios como un refugio "bajo sus alas", con esa mezcla de poder y ternura?
Al leer la respuesta de Dios, ¿puedo decir con sinceridad que "me he entregado a Él" y que "conozco su Nombre" en una relación personal?
¿Cómo me consuela la promesa de que Dios no solo me responde, sino que "estará conmigo en la desgracia", acompañándome en medio del sufrimiento?
Oración
Señor, mi Dios, mi refugio y mi baluarte, en Ti confío. Te pido que me cubras con tus plumas y me permitas encontrar refugio bajo tus alas. Ayúdame a entregarme a Ti con todo mi corazón y a conocer tu Nombre cada día más. Gracias por tu promesa de librarme, de protegerme, de responderme cuando te invoco y, sobre todo, de estar conmigo en la desgracia. Que habite siempre al amparo del Altísimo y me aloje a la sombra del Todopoderoso. Amén.