"Éxito y Rechazo en Antioquía: La Palabra se Vuelve a los Gentiles"
«14» Pablo y Bernabé continuaron su camino y de Perge llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado, entraron en la sinagoga y se sentaron. [...] «43» Al salir de la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos y los exhortaban a permanecer fieles a la gracia de Dios. «44» El sábado siguiente, casi toda la ciudad se reunió para escuchar la Palabra de Dios. «45» Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo. «46» Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda firmeza: «La Palabra de Dios debía ser anunciada primero a ustedes, pero como la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. «47» Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto para ser luz de las naciones, a fin de que lleves la salvación hasta los confines de la tierra». «48» Al oír esto, los paganos se alegraron y alabaron la Palabra del Señor; todos los que estaban destinados para la Vida eterna abrazaron la fe. «49» Y la Palabra del Señor se difundía por toda la región. «50» Pero los judíos instigaron a las mujeres piadosas de la alta sociedad y a los hombres principales de la ciudad, provocando así una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su territorio. «51» Estos sacudieron el polvo de sus pies contra ellos y se fueron a Iconio. «52» Los discípulos, entre tanto, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.»
Contexto
Este pasaje se sitúa en el marco del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé. Han llegado a Antioquía de Pisidia (una ciudad importante en la actual Turquía). Siguiendo su costumbre, el sábado acuden a la sinagoga para dirigirse primero a los judíos y a los gentiles temerosos de Dios ("prosélitos"). El discurso inicial de Pablo (resumido antes de este pasaje) tuvo una buena acogida inicial (v. 43). Sin embargo, el sábado siguiente, el enorme interés que despiertan, especialmente entre los gentiles, provoca la envidia y la oposición de los líderes judíos. Esta confrontación marca un punto de inflexión significativo: el anuncio explícito de que el Evangelio se dirigirá ahora prioritariamente a los gentiles.
Tema Central
El tema central es la doble reacción ante el anuncio de la Palabra de Dios: la acogida gozosa por parte de muchos (especialmente gentiles) y el rechazo envidioso y hostil por parte de otros (líderes judíos). Este rechazo lleva a Pablo y Bernabé a tomar una decisión trascendental, fundamentada en las Escrituras (Isaías 49:6): volverse activamente hacia los gentiles. A pesar de la persecución y la expulsión, la Palabra sigue difundiéndose y los discípulos permanecen llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Aplicación a nuestra actualidad
La experiencia de Pablo y Bernabé se repite hoy. Cuando se anuncia la Palabra de Dios con claridad, a menudo provoca reacciones encontradas. Algunos corazones se abren con alegría y gratitud, abrazan la fe y experimentan la vida nueva que trae el Evangelio. Otros, quizás por miedo a perder su posición, por envidia, por prejuicios o por dureza de corazón, la rechazan, la contradicen o incluso intentan silenciarla. ¿Cómo reaccionamos nosotros ante la Palabra? ¿La acogemos con alegría, permitiendo que transforme nuestra vida, o ponemos resistencias, excusas, o nos molesta cuando desafía nuestra comodidad?
El pasaje nos enseña también que el rechazo no debe paralizarnos. Pablo y Bernabé, ante la oposición, no se rinden, sino que reorientan su misión ("nos dirigimos ahora a los paganos"), confiando en el plan de Dios que es universal ("luz de las naciones"). ¿Cómo manejamos nosotros el rechazo o la falta de resultados aparentes en nuestros esfuerzos por vivir o compartir la fe? ¿Nos desanimamos o buscamos nuevas puertas que Dios pueda estar abriendo? La alegría y la llenura del Espíritu Santo de los discípulos a pesar de la persecución (v. 52) es un testimonio poderoso. Nos recuerda que la fuente de nuestra alegría no son las circunstancias externas o el éxito humano, sino la presencia del Resucitado y la fuerza del Espíritu en nosotros. ¿Qué sentimientos predominan en mí al encontrarme con la Palabra de Dios? ¿Y al enfrentar el rechazo o la dificultad?
Preguntas para la reflexión
¿Cómo reacciono internamente cuando escucho la Palabra de Dios y siento que me desafía o me incomoda? ¿Me abro a ella o tiendo a rechazarla o justificarme?
¿He experimentado alguna vez el rechazo o la incomprensión por intentar vivir o compartir mi fe? ¿Cómo me afectó y cómo respondí?
¿Cómo puedo discernir si una puerta que se cierra (un rechazo, un fracaso) es una invitación de Dios a buscar un nuevo camino o una nueva forma de cumplir mi misión?
¿De dónde proviene mi alegría más profunda? ¿Depende demasiado de las circunstancias externas o está anclada en mi relación con Dios y la presencia del Espíritu Santo?
Oración
Señor Jesús, Palabra viva del Padre, gracias por el don de tu Evangelio. Abre mi corazón para acogerlo siempre con alegría y disponibilidad, aunque a veces me desafíe. Dame la firmeza de Pablo y Bernabé para no desanimarme ante el rechazo o la incomprensión, y la sabiduría para discernir los nuevos caminos que Tú me abres. Que mi vida, aun en medio de las dificultades, esté llena de la alegría y la fuerza de tu Espíritu Santo, para ser luz y llevar tu salvación hasta donde Tú quieras. Amén.