"Rechazo y Alegría: El Evangelio se Vuelve a los Gentiles"
“44 El sábado siguiente, casi toda la ciudad se reunió para escuchar la Palabra de Dios. 45 Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y contradecían con insultos las palabras de Pablo. 46 Entonces Pablo y Bernabé, con toda firmeza, les dijeron: «A ustedes debíamos anunciar primero la Palabra de Dios; pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. 47 Así nos lo ha ordenado el Señor: “Yo te he puesto como luz de las naciones, para que lleves la salvación hasta los confines de la tierra”». 48 Al oír esto, los paganos se alegraron y glorificaron la Palabra del Señor; y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. 49 Así la Palabra del Señor se difundía por toda la región. 50 Pero los judíos instigaron a las mujeres piadosas de la alta sociedad y a los hombres principales de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta que los expulsaron de su territorio. 51 Estos sacudieron el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos y se fueron a Iconio. 52 Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.”
Contexto
Este pasaje es la conclusión de la estancia de Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia, durante su primer viaje misionero. Después del primer discurso de Pablo en la sinagoga (Hechos 13,16-41), que había generado mucho interés, el siguiente sábado casi toda la ciudad acude a escuchar la Palabra de Dios. Sin embargo, este éxito entre la población, especialmente entre los gentiles, provoca la envidia y la hostilidad de algunos líderes judíos. Esta oposición lleva a Pablo y Bernabé a tomar una decisión trascendental: dado el rechazo de una parte significativa de la comunidad judía, se dirigirán explícitamente a los gentiles, fundamentando esta decisión en las Escrituras (citando Isaías 49,6).
Tema Central
El tema central es la división que causa la predicación del Evangelio: mientras algunos lo rechazan movidos por la envidia y el temor a perder su posición, otros, especialmente los gentiles, lo acogen con gran alegría y fe. Este rechazo impulsa a los apóstoles a volverse decididamente hacia los no judíos, cumpliendo así el mandato universal de llevar la salvación "hasta los confines de la tierra". A pesar de la persecución y la expulsión, los nuevos discípulos quedan llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Aplicación a nuestra actualidad
Este pasaje nos muestra una dinámica que a menudo se repite en la historia de la fe y en nuestra propia vida: la Palabra de Dios puede generar reacciones muy diversas. Por un lado, puede encontrar corazones abiertos que se alegran y la acogen como fuente de vida. Por otro, puede suscitar rechazo, envidia o resistencia, especialmente cuando desafía nuestras seguridades, tradiciones o el "status quo".
Pablo y Bernabé no se desaniman por el rechazo; lo ven como una señal para reorientar su misión, reconociendo que Dios tiene un plan más amplio. Esto nos invita a no perder la esperanza ni el ímpetu misionero cuando encontramos oposición o indiferencia. A veces, un "cierre de puertas" en un lugar puede ser una "apertura" hacia otros horizontes o personas que sí están dispuestas a escuchar.
La alegría y la plenitud del Espíritu Santo que experimentan los discípulos, incluso en medio de la persecución, son un signo poderoso. Nos recuerdan que la verdadera alegría cristiana no depende de las circunstancias externas favorables, sino de la presencia de Dios y de la certeza de haber encontrado la Vida eterna en Jesús. Es un llamado a examinar nuestras propias reacciones ante la Palabra de Dios: ¿nos llena de alegría y nos impulsa a compartirla, o nos genera incomodidad y resistencia? Y cuando enfrentamos dificultades por nuestra fe, ¿buscamos la fortaleza y la alegría que vienen del Espíritu?
Preguntas para la reflexión
¿He experimentado alguna vez el rechazo o la incomprensión por compartir mi fe o mis valores cristianos? ¿Cómo reaccioné en esa situación?
¿De qué manera puedo, como Pablo y Bernabé, discernir cuándo es momento de insistir en un camino y cuándo es momento de buscar nuevas vías para anunciar el Evangelio, especialmente si encuentro puertas cerradas?
Al ver la alegría de los gentiles que acogieron la Palabra, ¿qué me impide a mí experimentar y manifestar esa misma alegría por el don de la fe?
¿Cómo puedo cultivar en mi vida una mayor docilidad al Espíritu Santo para que, incluso en medio de las dificultades o la oposición, pueda permanecer lleno/a de su alegría y fortaleza?
Oración
Señor Jesús, tu Palabra es luz y salvación, pero a menudo encuentra resistencia en nuestros corazones y en el mundo. Danos la firmeza de Pablo y Bernabé para anunciarte con valentía, y la sabiduría para discernir los caminos por donde tu Espíritu nos quiere guiar, especialmente cuando enfrentamos el rechazo. Que la alegría de aquellos que te acogen nos inspire, y que, a pesar de las dificultades, permanezcamos siempre llenos de tu Espíritu Santo, difundiendo tu luz hasta los confines de la tierra. Amén.