"Esteban: Sabiduría Divina y Falsa Acusación"
«8» Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos en el pueblo. «9» Algunos miembros de la sinagoga llamada «de los Libertos», como también otros, oriundos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. «10» Pero no podían refutar la sabiduría y el Espíritu con que hablaba. «11» Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran que le habían oído blasfemar contra Moisés y contra Dios. «12» Así amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas y, cayendo sobre Esteban, lo arrestaron y lo llevaron ante el Sanedrín. «13» Allí presentaron falsos testigos, que declararon: «Este hombre no cesa de hablar contra el Lugar santo y contra la Ley. «14» Nosotros le hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá este Lugar y cambiará las costumbres que nos legó Moisés». «15» Los miembros del Sanedrín fijaron la vista en él y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.»
Contexto
Este pasaje introduce a Esteban, uno de los siete diáconos elegidos poco antes (Hechos 6:1-6) para ayudar en las tareas prácticas de la comunidad de Jerusalén, permitiendo a los apóstoles dedicarse a la oración y la Palabra. Sin embargo, Esteban no se limita a tareas administrativas; lleno del Espíritu, también predica y realiza milagros. Esto atrae la atención y la oposición de ciertos grupos de judíos de la diáspora presentes en Jerusalén, quienes no pueden rebatir su sabiduría. Este conflicto creciente desemboca en su arresto y juicio ante el Sanedrín, preparando el escenario para su discurso y martirio (Hechos 7).
Tema Central
El tema central es el poder del Espíritu Santo actuando a través de Esteban, manifestado en prodigios y sabiduría irrefutable, lo que provoca una oposición que recurre a la mentira y la falsa acusación. Incapaces de vencerlo en la discusión honesta, sus adversarios manipulan al pueblo y a las autoridades con acusaciones graves (blasfemia contra Moisés, Dios, el Templo y la Ley), los pilares de la fe judía. En medio de esta hostilidad, el rostro de Esteban refleja una paz y una conexión divina extraordinarias ("se parecía al de un ángel").
Aplicación a nuestra actualidad
La experiencia de Esteban nos habla hoy de varias maneras. Primero, nos muestra que estar "lleno de gracia y de poder" no es exclusivo de los apóstoles; cada creyente, movido por el Espíritu, puede ser instrumento de Dios y dar testimonio con sabiduría. ¿Reconocemos y agradecemos la gracia y el poder que Dios nos da para vivir nuestra fe? Segundo, nos advierte que vivir y hablar según el Espíritu puede generar oposición. A veces, cuando la verdad es incómoda y no puede ser refutada con argumentos, la reacción puede ser la descalificación, la mentira o la tergiversación, atacando incluso lo que más valoramos. ¿Cómo reaccionamos cuando enfrentamos oposición injusta o somos malinterpretados por causa de nuestra fe o valores? La serenidad de Esteban, cuyo rostro refleja la paz de Dios en medio del juicio, es un desafío. Nos invita a cultivar una profunda confianza en Dios que nos sostenga interiormente, incluso cuando el exterior es hostil. ¿Busco esa paz interior que viene de Dios, especialmente en momentos de conflicto o tensión? ¿Qué sentimientos predominan en mí ante la injusticia o la falsedad? Pedir la gracia de un corazón sereno como el de Esteban puede ser un camino.
Preguntas para la reflexión
¿En qué momentos he sentido una sabiduría o una fuerza que no era mía al hablar de mi fe o defender algo que considero justo? ¿De dónde creo que venía?
¿He experimentado alguna vez oposición o críticas injustas por mis creencias o valores? ¿Cómo reaccioné entonces y cómo me gustaría reaccionar ahora?
¿Qué me ayuda a mantener la paz interior y la confianza en Dios cuando me enfrento a situaciones de conflicto, tensión o acusación (justa o injusta)?
¿Cómo puedo cultivar una mayor dependencia del Espíritu Santo para que me dé sabiduría y serenidad al afrontar las discusiones o desafíos de la vida cotidiana?
Oración
Espíritu Santo, que llenaste a Esteban de gracia, poder y sabiduría para dar testimonio de Jesús. Te pido que también me llenes a mí. Dame tu sabiduría para hablar y tu fortaleza para actuar. Cuando enfrente oposición o falsas acusaciones, concédeme la serenidad que reflejaba el rostro de Esteban, para que mi confianza esté puesta solo en Ti y mi paz no dependa de las circunstancias externas. Que mi vida, como la suya, sea un signo de tu presencia. Amén.