Salmo 122(121),1-5
"Alegría al Ir a la Casa del Señor: Jerusalén, Ciudad de Paz y Unidad"
“1 ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la Casa del Señor»! 2 Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén: 3 Jerusalén, construida como ciudad bien compacta y armoniosa. 4 Allí suben las tribus, las tribus del Señor –según la costumbre de Israel– para celebrar el Nombre del Señor. 5 Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.”
Contexto
El Salmo 122 es uno de los quince "Cánticos graduales" o "Canciones de las subidas" (Salmos 120-134). Estos salmos eran cantados por los peregrinos judíos mientras ascendían a Jerusalén para celebrar las grandes fiestas religiosas en el Templo. Este salmo en particular expresa la alegría y la emoción del peregrino al acercarse y entrar en la Ciudad Santa, Jerusalén, el centro de la vida religiosa y nacional de Israel. Describe la belleza y la unidad de la ciudad, y su importancia como lugar de culto, justicia y gobierno davídico.
Tema Central
El tema central es la alegría desbordante del peregrino al dirigirse y llegar a Jerusalén, la Casa del Señor. Se exalta a Jerusalén como un símbolo de unidad ("ciudad bien compacta y armoniosa"), el centro de la adoración comunitaria de todas las tribus de Israel, y el lugar donde reside la justicia y la autoridad legítima establecida por Dios (el trono de David).
Aplicación a nuestra actualidad
Aunque ya no peregrinamos al Templo físico de Jerusalén de la misma manera, este salmo nos habla profundamente sobre nuestra propia "peregrinación" espiritual y la importancia de la comunidad de fe:
La Alegría del Encuentro con Dios y la Comunidad: "¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la Casa del Señor»!". Esta exclamación expresa el gozo de anticipar el encuentro con Dios y con la comunidad de creyentes. Para nosotros, la "Casa del Señor" puede ser nuestra iglesia local, nuestra comunidad parroquial, un grupo de oración, o cualquier lugar donde nos reunimos como pueblo de Dios para adorarle. ¿Sentimos esa misma alegría y entusiasmo al dirigirnos a nuestros lugares de culto y encuentro comunitario? ¿Valoramos esos momentos de comunión?
Unidad y Armonía en la Fe: Jerusalén es descrita como "ciudad bien compacta y armoniosa". Esto es un ideal para nuestra Iglesia y nuestras comunidades: ser lugares de unidad, donde las diversas "tribus" (personas con diferentes dones, carismas, orígenes) se unen en armonía para celebrar el Nombre del Señor. Nos llama a trabajar por la unidad, a superar las divisiones y a construir comunidades donde todos se sientan parte de un todo bien integrado.
Lugar de Adoración y Alabanza: "Allí suben las tribus... para celebrar el Nombre del Señor". El propósito principal de la reunión comunitaria es la alabanza y la acción de gracias a Dios. Nuestros encuentros deben estar centrados en Él, en reconocer su grandeza y su amor.
Sede de Justicia: "Porque allí está el trono de la justicia". La presencia de Dios y la verdadera adoración deben ir de la mano con la búsqueda de la justicia. Nuestras comunidades de fe también están llamadas a ser lugares donde se promueve la justicia, se defiende al débil y se vive según los principios del Reino de Dios.
Este salmo nos invita a redescubrir la alegría de pertenecer a la comunidad de fe, a valorar nuestros lugares de encuentro con Dios y con los hermanos, a trabajar por la unidad y la armonía, y a recordar que nuestra adoración debe traducirse en un compromiso con la justicia y la rectitud, inspirados por Aquel que es Rey de justicia.
Preguntas para la reflexión
¿Qué sentimientos experimento cuando me preparo para ir a la iglesia o a un encuentro comunitario de fe? ¿Hay alegría y entusiasmo como el del salmista?
¿Cómo puedo contribuir a que mi comunidad de fe sea un lugar más "compacto y armonioso", donde se valore la unidad en la diversidad?
¿De qué manera nuestros encuentros comunitarios se centran verdaderamente en "celebrar el Nombre del Señor" y en darle la alabanza que merece?
Si la Casa del Señor es también "trono de la justicia", ¿cómo se manifiesta esto en mi comunidad? ¿De qué forma podemos ser más promotores de la justicia en nuestro entorno?
Oración
Señor, que como el salmista, sintamos una alegría profunda al dirigirnos a tu Casa, al encuentro contigo y con nuestros hermanos en la fe. Ayúdanos a construir comunidades unidas y armoniosas, donde todas tus "tribus" puedan celebrar tu Nombre con gozo. Que nuestros lugares de culto sean verdaderamente tronos de justicia, donde tu Palabra nos inspire a vivir rectamente y a trabajar por un mundo más justo. Que nuestros pies pisen con reverencia y gratitud los umbrales de tu presencia. Amén.