Los textos de hoy nos hablan de la experiencia del profeta perseguido por proclamar la verdad, de la confianza del justo en la protección divina y de la obra y las palabras de Jesús que dividen a las personas, revelando quiénes creen verdaderamente en él.
En el libro de Jeremías, el profeta se siente rodeado de amenazas y escucha las murmuraciones de muchos que esperan su caída. Sus propios amigos lo acechan, esperando que cometa un error para poder vencerlo. Sin embargo, en medio de esta angustia, Jeremías proclama su confianza en el Señor, que está a su lado como un guerrero poderoso. Él sabe que el Señor defenderá su causa y le permitirá ver la derrota de sus enemigos. Jeremías anima a alabar al Señor por librar la vida del pobre de manos de los malvados. Esta experiencia nos muestra la realidad de la oposición que a menudo enfrentan quienes se atreven a hablar la verdad y a denunciar la injusticia. Nos invita a mantener la confianza en Dios, incluso cuando nos sentimos solos y amenazados, sabiendo que Él es nuestra fortaleza y nuestro defensor. En nuestras propias luchas, ¿dónde encontramos nuestra fortaleza? ¿Confiamos en que Dios está de nuestro lado?
El salmo 17 es una súplica de protección dirigida a Dios. El salmista clama al Señor, pidiéndole que escuche su justo reclamo y que sus ojos vean la rectitud. Afirma que su corazón ha sido probado y que no se ha encontrado maldad en él. Pide a Dios que lo guarde como a la niña de sus ojos, que lo esconda a la sombra de sus alas, lejos de los malvados que lo asaltan. Este salmo expresa una profunda confianza en la justicia y la protección de Dios. Nos enseña a llevar nuestras quejas y nuestras necesidades ante el Señor con la certeza de que Él escucha y se preocupa por quienes claman a él con un corazón sincero. En los momentos de peligro y persecución, ¿acudimos a Dios con la confianza de que Él nos guarda y nos defiende?
En el Evangelio de Juan, Jesús se enfrenta nuevamente a la hostilidad de los judíos en el templo. Ante sus palabras y sus obras, lo acusan de blasfemia por hacerse igual a Dios. Jesús les recuerda las palabras del salmo: "Yo dije: Ustedes son dioses", refiriéndose a aquellos a quienes llegó la palabra de Dios. Si la Escritura llama dioses a quienes recibieron la palabra, ¿por qué lo acusan de blasfemia a él, a quien el Padre consagró y envió al mundo? Jesús los invita a creer en sus obras si no quieren creer en sus palabras, ya que las obras que él realiza en nombre de su Padre dan testimonio de quién es. A pesar de esto, intentan arrestarlo, pero Jesús se libra de sus manos. Muchos, sin embargo, creyeron en él. Este pasaje nos muestra la división que Jesús provoca con su presencia y su mensaje. Nos desafía a ir más allá de las palabras y a reconocer la divinidad de Jesús a través de sus obras, que son signos del amor y del poder de Dios. En nuestro encuentro con Jesús, ¿nos quedamos en la superficie de sus palabras o profundizamos en el significado de sus acciones? ¿Estamos abiertos a reconocer en él al Hijo de Dios?
Estos tres textos nos conectan con la realidad del sufrimiento y la oposición que a menudo acompañan el camino de la fe y la proclamación de la verdad. Nos animan a confiar en la protección y la justicia de Dios en medio de las dificultades, y nos invitan a reconocer en Jesús, por sus palabras y sus obras, la manifestación del amor y el poder divino.
Para seguir profundizando en este mensaje, te propongo las siguientes preguntas:
¿En qué situaciones de mi vida me he sentido como Jeremías, enfrentando la oposición por defender mis convicciones? ¿Cómo he buscado la fortaleza en Dios en esos momentos?
¿Qué significa para mí confiar en Dios como mi protector y refugio, como lo expresa el salmista? ¿De qué maneras concretas busco su amparo en mi vida cotidiana?
¿Qué "obras" de Jesús resuenan más en mí y me ayudan a creer en su divinidad? ¿Cómo esas obras transforman mi comprensión de quién es él?
¿En qué aspectos de mi vida encuentro todavía resistencia a creer plenamente en Jesús y en su mensaje? ¿Qué pasos puedo dar para profundizar mi fe en él?