Salmo 34(33),2-9
"Bendeciré al Señor: Gusten y Vean qué Bueno es Él"
“2 Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. 3 Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. 4 Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. 5 Busqué al Señor: él me respondió y me libró de todos mis temores. 6 Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. 7 Este pobre hombre gritó, y el Señor lo escuchó y lo salvó de todas sus angustias. 8 El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles y los libra. 9 ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en él se refugian!”
Contexto
El Salmo 34 es un salmo de acción de gracias y de instrucción sapiencial. El encabezado del salmo (no incluido en esta selección) lo relaciona con un episodio de la vida de David, cuando fingió estar loco ante Abimélec para escapar del peligro. Aunque esa conexión histórica es debatida, el salmo claramente brota de una experiencia personal de liberación y de la bondad de Dios. Es un salmo acróstico, donde cada versículo comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo, lo que sugiere una alabanza completa y meditada. El salmista, habiendo experimentado la salvación de Dios, invita a otros, especialmente a los humildes, a unirse a su alabanza y a confiar en el Señor.
Tema Central
El tema central es la alabanza continua y gozosa a Dios, motivada por la experiencia personal de su respuesta liberadora y su bondad. El salmista invita a la comunidad, especialmente a los humildes y a los que temen a Dios, a glorificar al Señor, a buscarlo y a experimentar por sí mismos su bondad salvadora ("Gusten y vean"). La confianza en Dios como refugio trae felicidad.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo es una invitación vibrante a una fe vivida y compartida, llena de gratitud y confianza:
Alabanza Continua y Personal: "Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor". La alabanza no es solo para ocasiones especiales, sino una actitud constante que brota del corazón. Es una decisión de glorificar a Dios independientemente de las circunstancias externas, basada en el reconocimiento de quién es Él.
Invitación a la Alabanza Comunitaria: "Que lo oigan los humildes y se alegren. Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos". La experiencia personal de la bondad de Dios impulsa a compartirla y a invitar a otros a unirse a la alabanza. La alabanza comunitaria magnifica la gloria de Dios y fortalece la fe de los participantes. Especialmente los "humildes" (los que reconocen su necesidad de Dios) son llamados a alegrarse.
Testimonio de la Respuesta de Dios: "Busqué al Señor: él me respondió y me libró de todos mis temores... Este pobre hombre gritó, y el Señor lo escuchó y lo salvó de todas sus angustias". El salmista comparte su testimonio personal. Dios responde a la búsqueda sincera y al clamor de los necesitados. Esta experiencia de ser escuchado y librado es un poderoso motor para la fe y la alabanza. ¿Somos capaces de reconocer y compartir las veces que Dios nos ha respondido y librado?
Mirar a Dios Trae Luz y Confianza: "Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán". Dirigir nuestra mirada a Dios, enfocarnos en su bondad y poder, tiene un efecto transformador: nos ilumina, nos llena de su luz, y nos libera de la vergüenza y la confusión.
La Protección del Ángel del Señor: "El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles y los libra". Esta es una imagen de la protección divina constante y vigilante sobre aquellos que confían en Dios. Nos asegura que no estamos solos ni desamparados.
Invitación a la Experiencia Personal: "Gusten y Vean": "¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en él se refugian!". Esta es quizás la invitación más poderosa del salmo. La fe no es solo creer en doctrinas, sino experimentar personalmente la bondad de Dios. Es una llamada a "probar", a arriesgarse a confiar en Él, con la promesa de que tal confianza conduce a la felicidad y a la constatación de su bondad.
Este salmo nos anima a cultivar una vida de alabanza continua, a compartir nuestro testimonio de la acción de Dios, y a invitar a otros a "gustar y ver" por sí mismos la incomparable bondad del Señor, encontrando en Él nuestro refugio y nuestra felicidad.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo "bendecir al Señor en todo tiempo" y mantener su alabanza "siempre en mis labios", incluso cuando no todo va bien?
¿Con quién puedo yo "glorificar al Señor" y "alabar su Nombre todos juntos" en mi comunidad, y cómo puedo animar a los "humildes" a alegrarse en Él?
¿Cuál es mi testimonio personal de cómo he "buscado al Señor" y Él me ha "respondido" o "librado de mis temores" o "angustias"?
¿Qué significa para mí hoy "mirar hacia Él para quedar resplandeciente" y no avergonzarme? ¿A qué "ídolos" o preocupaciones desvío a veces mi mirada?
¿Cómo puedo yo invitar a otros, con mis palabras y mi vida, a "gustar y ver qué bueno es el Señor", para que también encuentren en Él su refugio y felicidad?
Oración
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en Ti, Señor; que los humildes te oigan y se alegren. Te busqué, y Tú me respondiste, librándome de todos mis temores. Cuando clamo a Ti, Tú me escuchas y me salvas de mis angustias. Gracias por tu Ángel que acampa a nuestro alrededor y nos libra. Ayúdanos a gustar y ver cada día qué bueno eres, Señor, y a encontrar nuestra felicidad al refugiarnos en Ti. Amén.