Salmo 98(97), 1-4
"Canten un Canto Nuevo: La Victoria de la Justicia y la Fidelidad de Dios"
“1 ¡Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas! Su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. 2 El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: 3 se acordó de su amor y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios. 4 ¡Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos!”
Contexto
El Salmo 98 es un himno de alabanza real, que celebra a Dios como Rey y Salvador. Se enmarca en la tradición profética, especialmente de Isaías, que anuncia una nueva era de salvación. La invitación a un "canto nuevo" indica que ha sucedido algo decisivo, una "maravilla" que transforma la realidad y exige una alabanza renovada y universal.
Tema Central
El tema central es la celebración gozosa de la victoria salvadora de Dios. Esta victoria no es un acto de poder arbitrario, sino la manifestación de su justicia, su amor fiel (jesed) y su fidelidad (emet). Aunque su acción se origina en su promesa a Israel, su alcance es universal, destinada a ser vista y aclamada por "todos los confines de la tierra".
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos invita a fundamentar nuestra alegría y nuestra esperanza en el carácter de Dios, manifestado en su victoria en Cristo:
Una Victoria de Dios, no Nuestra: "Su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria". La salvación es obra de Dios. No es algo que logremos por nuestras propias fuerzas. Reconocer esto nos libera del peso de tener que "ganarnos" la salvación y nos llena de gratitud. Para los cristianos, la victoria definitiva es la de Cristo en la Cruz y la Resurrerección.
La Justicia de Dios es Salvadora: "Reveló su justicia a los ojos de las naciones". La "justicia" de Dios en la Biblia no es solo una justicia retributiva que castiga al malo y premia al bueno. Es, sobre todo, una justicia salvadora, su acción fiel para "poner las cosas en orden", para rescatar a su pueblo, para cumplir sus promesas. La resurrección de Jesús es el acto supremo de la justicia de Dios, que vindica al inocente y derrota al mal.
El Amor y la Fidelidad como Motor de la Historia: "Se acordó de su amor y su fidelidad en favor de la casa de Israel". La historia de la salvación no es movida por el azar, sino por la memoria amorosa de Dios. Él no olvida su alianza. Su amor y su fidelidad son las fuerzas que guían la historia hacia su plenitud. Podemos confiar en que Dios sigue "acordándose" de su amor por nosotros hoy.
Una Salvación con Vocación Universal: "Todos los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios". Aunque la promesa se hizo a Israel, el plan de Dios siempre fue para toda la humanidad. La victoria de Cristo en la cruz es para todos. Esto nos desafía a tener un corazón y una misión universales, deseando que todos conozcan esta salvación.
La Alegría como Respuesta Inevitable: "¡Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos!". Ante la noticia de la victoria salvadora de un Dios justo y fiel, la única respuesta adecuada es la alegría desbordante. El cristianismo es, en su esencia, una religión de alegría, la alegría de la Pascua.
Este salmo es un concentrado de la Buena Noticia. Nos invita a cantar un "canto nuevo" no por un vago optimismo, sino por un hecho concreto: Dios ha actuado, ha vencido, ha sido fiel. En Cristo, esta victoria se ha hecho definitiva. Nuestra vida está llamada a ser un eco de esta aclamación jubilosa.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera he "visto" yo la "victoria" de Dios en mi propia vida o en la historia? ¿Cómo ha "revelado su justicia"?
¿Soy consciente de que la fidelidad de Dios a su pueblo (y a mí) tiene un propósito universal, para que "todos los confines de la tierra" puedan ver su salvación?
¿Mi alabanza a Dios se parece a una "aclamación jubilosa", o tiende a ser tímida o rutinaria?
¿Qué "instrumentos" (mis talentos, mi voz, mi trabajo, mi arte) puedo yo hoy poner al servicio de la alabanza a Dios?
¿Qué significa para mí hoy, en la práctica, "aclamar al Señor como Rey" en medio de un mundo con tantos otros "reyes" y "señores"?
Oración
Señor, nuestro Dios, te aclamamos con júbilo porque has manifestado tu victoria y has revelado tu justicia a todas las naciones. Gracias por tu amor y tu fidelidad eternos. Que toda la tierra y todo nuestro ser te aclamen con cantos y al son de instrumentos. Te reconocemos y te aclamamos como nuestro Rey y Señor, ahora y por siempre. Amén.