"Historia y Corazón Falso: La Paciencia de Dios"
«1» Poema de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; presta atención a las palabras de mi boca: «2» yo voy a abrir mi boca para decir parábolas y a evocar los misterios del pasado. [...] «34» Cuando los hacía morir, lo buscaban, se convertían y volvían a él ansiosamente; «35» recordaban que Dios era su Roca, y el Dios Altísimo, su redentor. «36» Pero lo halagaban con la boca y le mentían con la lengua; «37» su corazón no era sincero con él y no eran fieles a su alianza. «38» El Señor, en cambio, era compasivo, perdonaba su culpa y no los destruía; muchas veces reprimió su enojo y no dio rienda suelta a su furor.»
Contexto
El Salmo 78 (o 77) es un salmo didáctico e histórico (un Maskil). El salmista se propone enseñar a la generación presente repasando la historia de la relación de Dios con Israel, especialmente durante el Éxodo y la travesía por el desierto. El objetivo es aprender de los errores del pasado. Los versículos 1-2 introducen este propósito de enseñanza. Los versículos 34-38 describen un patrón recurrente en esa historia: después de pecar y sufrir las consecuencias (el castigo de Dios), el pueblo buscaba a Dios, pero a menudo de forma superficial e insincera, movidos más por el miedo o la necesidad del momento que por un arrepentimiento genuino. A pesar de esta infidelidad, el salmo subraya la increíble compasión y paciencia de Dios.
Tema Central
El tema central de estos versículos es el contraste entre la infidelidad persistente y la hipocresía del pueblo (que busca a Dios solo en la adversidad y con un corazón falso) y la misericordia y paciencia inagotables de Dios, quien, a pesar de conocer su falsedad, refrena su ira y perdona. El salmo nos invita a aprender de esta historia para no repetir el patrón de una fe superficial y un arrepentimiento interesado.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo actúa como un espejo para nuestra propia vida espiritual. ¿Cuántas veces somos como el pueblo en el desierto? Quizás nos olvidamos de Dios cuando todo va bien, pero lo buscamos ansiosamente ("se convertían y volvían a él ansiosamente") solo cuando nos golpea la dificultad, la enfermedad o el miedo. Recordamos que Él es nuestra "Roca" y "Redentor" entonces. El salmo nos advierte sobre la posibilidad de que esta búsqueda sea superficial, un "halago con la boca" y una "mentira con la lengua", sin un cambio real en el corazón ("su corazón no era sincero"). Nos invita a examinar nuestras motivaciones: ¿Busco a Dios solo para que me saque del apuro, o deseo realmente una relación sincera y fiel con Él? ¿Mi arrepentimiento es un verdadero dolor por haber fallado al amor, o solo miedo al castigo o deseo de recuperar la comodidad? Por otro lado, el versículo 38 es un inmenso consuelo: nos muestra el corazón de Dios. Él ve nuestra debilidad, nuestra inconstancia, nuestra falsedad... ¡y aun así es compasivo! Su paciencia y su perdón son mucho más grandes que nuestra infidelidad. Esto no es una excusa para ser falsos, sino una llamada a la gratitud profunda y a pedirle la gracia de un corazón sincero y fiel. ¿Qué sentimientos me provoca ver mi propia posible falsedad reflejada en el salmo? ¿Y qué sentimientos me genera contemplar la paciencia inagotable de Dios?
Preguntas para la reflexión
¿En qué momentos de mi vida tiendo a buscar a Dios con más intensidad? ¿Qué motiva principalmente esa búsqueda (miedo, necesidad, amor, gratitud...)?
¿Cómo puedo cultivar una relación con Dios que sea más constante y sincera, y no solo una reacción a las crisis?
¿Hay alguna área en mi vida donde siento que mis palabras o mis prácticas religiosas no se corresponden del todo con la actitud profunda de mi corazón? ¿Qué puedo hacer al respecto?
Al pensar en la paciencia y la compasión de Dios conmigo a pesar de mis fallos, ¿a qué me siento movido/a (gratitud, arrepentimiento sincero, deseo de cambiar...)?
Oración
Señor, Dios compasivo y paciente, que conoces la profundidad de mi corazón. Reconozco en mí, a veces, la actitud del pueblo en el desierto: te busco con ansiedad en la prueba, pero mi corazón no siempre es sincero y olvido fácilmente tu alianza de amor. Perdona mi falsedad y mi inconstancia. Te pido que no me dejes caer en un arrepentimiento superficial. Dame un corazón nuevo, sincero y fiel, que te busque y te ame en todo tiempo. Que tu increíble paciencia conmigo me mueva a una conversión verdadera y a vivir en profunda gratitud. Amén.