"¡Aclamen a Dios! Vean Sus Obras Admirables"
«1» ¡Aclame a Dios toda la tierra, «2» canten la gloria de su Nombre; tribútenle una alabanza gloriosa; «3a» digan a Dios: «¡Qué admirables son tus obras!». [...] «4» »Que toda la tierra se prosterne ante ti y cante para ti, que cante en honor de tu Nombre». Pausa «5» Vengan a ver las obras de Dios, las hazañas admirables que hizo por los hombres: «6» transformó el mar en tierra firme, el río pasaron a pie. «7a» ¡Alegrémonos en él, que gobierna eternamente con su poder!»
Contexto
Este salmo es un himno de alabanza y acción de gracias de toda la comunidad. Comienza con una invitación universal ("toda la tierra") a aclamar a Dios por sus obras poderosas. Luego, se enfoca en recordar las grandes hazañas salvadoras de Dios en la historia de Israel, específicamente el cruce del Mar Rojo (Exodus 14) y probablemente el paso del río Jordán para entrar en la Tierra Prometida (Josué 3). Estos eventos fundacionales son la base para reconocer el poder admirable y el gobierno eterno de Dios.
Tema Central
El tema central es la invitación universal a la alabanza gozosa de Dios, motivada por la contemplación de sus obras admirables y poderosas, especialmente sus intervenciones salvadoras en la historia. Se exhorta no solo a alabar con palabras, sino a "ver" activamente las acciones de Dios y a encontrar en ellas motivo de alegría y reconocimiento de su soberanía eterna.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos llama hoy a unirnos a ese coro universal de alabanza. ¿Cómo podemos "aclamar a Dios"? No solo con cantos en la iglesia, sino con una vida llena de gratitud, reconociendo su grandeza en todo. Nos invita a "ver las obras de Dios". Esto significa detenernos y mirar nuestra propia historia personal y la historia del mundo con ojos de fe. ¿Dónde puedo ver las "hazañas admirables" de Dios hoy? Quizás en la belleza de la creación, en un gesto de bondad inesperado, en una dificultad superada, en la fuerza que encuentro para seguir adelante. Recordar los grandes actos de Dios en el pasado (como el Éxodo) nos da esperanza para el presente: el mismo Dios que transformó el mar puede transformar nuestras situaciones difíciles, nuestras "aguas" turbulentas. Él puede abrir caminos donde parece no haberlos. El llamado a "alegrarnos en él" nos recuerda que la fuente última de nuestra alegría no son las circunstancias, sino Dios mismo y su poder fiel que "gobierna eternamente". ¿Qué sentimientos surgen en mí al contemplar el poder de Dios que transforma el mar o el río? ¿Asombro, confianza, gratitud? Dejar que esos sentimientos nos llenen es una forma de alabanza.
Preguntas para la reflexión
¿De qué maneras concretas puedo yo hoy "aclamar a Dios" y "cantar la gloria de su Nombre" en mi vida cotidiana?
¿Qué "obras admirables" de Dios puedo "ver" si miro atentamente mi propia vida, mi familia, mi comunidad o el mundo que me rodea?
¿Qué situaciones en mi vida se sienten como un "mar" o un "río" difícil de cruzar? ¿Cómo puedo invitar a Dios a transformarlas en "tierra firme" y confiar en su poder liberador?
¿Cómo puedo cultivar una actitud más consciente de "alegrarme en Él", encontrando mi gozo en su presencia y su poder, más allá de las circunstancias externas?
Oración
Señor Dios, qué admirables son tus obras. Quiero unirme a toda la tierra para aclamarte y cantar la gloria de tu Nombre. Ayúdame a ver con ojos de fe tus hazañas en mi propia historia y en el mundo. Gracias porque transformas nuestros mares en tierra firme y nos haces pasar a pie por nuestros ríos turbulentos. Que mi corazón se alegre siempre en Ti, que gobiernas eternamente con poder, y que mi vida entera sea una alabanza gloriosa a tu Nombre. Amén.