Los textos de hoy nos hablan de la firmeza en la fe ante la presión y la persecución, de la alabanza a Dios en medio de la prueba y de la libertad que viene de conocer y vivir la verdad que Jesús nos revela.
En el libro de Daniel, presenciamos la valentía de Sadrac, Mesac y Abednego, tres jóvenes judíos que se niegan a adorar la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor, a pesar de la amenaza de ser arrojados a un horno ardiente. Su fe inquebrantable en el Dios verdadero los lleva a preferir la muerte antes que la idolatría. La respuesta del rey, lleno de furia, y la orden de calentar el horno siete veces más de lo normal, muestran la intensidad de la persecución. Sin embargo, la intervención divina es palpable cuando el rey ve a cuatro hombres caminando ilesos en medio del fuego, y uno de ellos con una apariencia "semejante a un hijo de los dioses". Finalmente, el reconocimiento del poder del Dios de estos jóvenes por parte del rey y su decreto protegiéndolos, nos enseñan que la fidelidad a Dios, incluso en las pruebas más extremas, tiene su recompensa y puede dar testimonio a quienes no creen. En nuestra vida, ¿qué "ídolos" nos presionan para que les rindamos culto? ¿Estamos dispuestos a mantener nuestra fidelidad a Dios aunque eso nos genere dificultades o rechazo?
El cántico de Daniel que hemos escuchado es una invitación a toda la creación a alabar y glorificar a Dios por siempre. Desde los cielos hasta las profundidades del mar, pasando por el sol, la luna, las estrellas y todas las criaturas vivientes, todo está llamado a reconocer la grandeza y la santidad del Señor. Este cántico, surgido en medio de la prueba, nos muestra que incluso en las circunstancias más adversas, la alabanza a Dios sigue siendo posible y necesaria. Nos conecta con una realidad trascendente que va más allá de nuestros problemas y nos recuerda la soberanía de Dios sobre toda la creación. En nuestros momentos de dificultad, ¿somos capaces de elevar nuestra mirada y unirnos a esta alabanza universal? ¿Reconocemos la presencia y el poder de Dios incluso en medio del "horno ardiente"?
En el Evangelio de Juan, Jesús se dirige a aquellos judíos que habían creído en él, diciéndoles: "Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres". Jesús establece una clara relación entre la perseverancia en su enseñanza y la obtención de la verdadera libertad. Sin embargo, muchos de sus oyentes se resisten a esta idea, argumentando que son descendientes de Abraham y nunca han sido esclavos de nadie. Jesús les revela una verdad más profunda: que todo aquel que peca es esclavo del pecado. La verdadera libertad, entonces, no reside en la ascendencia terrenal, sino en la relación con el Hijo, quien tiene el poder de liberar. Jesús los confronta con sus acciones, mostrándoles que, a pesar de reclamar a Abraham como su padre, sus obras demuestran que no son hijos de Dios. La verdad de Jesús los invita a reconocer su necesidad de liberación y a abrazar la filiación divina a través de la fe en él. En nuestra vida, ¿qué significa para nosotros "permanecer en la palabra de Jesús"? ¿Qué "esclavitudes" reconocemos en nuestra vida? ¿Buscamos la verdadera libertad que solo Cristo puede ofrecer?
Estos tres textos nos animan a vivir con una fe firme y valiente, capaces de resistir las presiones del mundo. Nos invitan a alabar a Dios en toda circunstancia, reconociendo su poder y su presencia incluso en medio de las pruebas. Y nos ofrecen la promesa de la verdadera libertad que se encuentra en conocer y vivir la verdad de Jesús, liberándonos de las cadenas del pecado y haciéndonos verdaderos hijos de Dios.
Para seguir profundizando en este mensaje, te propongo las siguientes preguntas:
¿Qué situaciones en mi vida siento que ponen a prueba mi fidelidad a Dios? ¿Cómo respondo a esas presiones y qué me ayuda a mantenerme firme en mi fe?
¿De qué manera concreta la alabanza a Dios me sostiene en los momentos difíciles? ¿Qué actitudes puedo cultivar para mantener una conexión con la grandeza de Dios incluso en medio de los problemas?
¿Qué entiendo por la verdadera libertad que Jesús ofrece? ¿Qué "esclavitudes" siento que todavía me atan y cómo puedo buscar la liberación en Cristo?
¿Cómo se manifiesta en mi vida la verdad que Jesús me revela? ¿Siento que esa verdad me está haciendo más libre y me está acercando a Dios?