"Ver a Jesús es Ver al Padre: El Poder de la Oración en su Nombre"
“7 Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». 8 Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». 9 Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace sus obras. 11 Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. 12 Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. 13 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.”
Contexto
Este pasaje sigue inmediatamente a la revelación de Jesús como "el Camino, la Verdad y la Vida" y el único acceso al Padre (Juan 14,1-6). Jesús acaba de afirmar que sus discípulos ya conocen al Padre porque lo conocen a Él. Sin embargo, Felipe, uno de los Doce, expresa el anhelo humano de una manifestación más directa de Dios Padre: "Muéstranos al Padre y eso nos basta". La respuesta de Jesús profundiza en la unidad íntima entre Él y el Padre, y luego se extiende a la promesa del poder que tendrán los creyentes para hacer obras aún mayores y la eficacia de la oración hecha en su Nombre.
Tema Central
El tema central es la revelación de la unidad inseparable entre Jesús y el Padre: conocer y ver a Jesús es conocer y ver al Padre. Jesús no actúa ni habla por su cuenta, sino que el Padre habita en Él y obra a través de Él. Esta unidad es la base para la promesa de que los creyentes, por la fe en Jesús y su ida al Padre, podrán realizar obras incluso mayores, y que sus oraciones hechas en el Nombre de Jesús serán escuchadas y respondidas para la gloria del Padre.
Aplicación a nuestra actualidad
Las palabras de Jesús en este diálogo con Felipe nos ofrecen una perspectiva transformadora sobre nuestra relación con Dios:
Ver al Padre en Jesús: La petición de Felipe, "Muéstranos al Padre", refleja un deseo humano legítimo. La respuesta de Jesús, "El que me ha visto, ha visto al Padre", es fundamental para la fe cristiana. No necesitamos buscar a Dios en revelaciones abstractas o espectaculares; el rostro humano de Dios se nos ha manifestado plenamente en Jesucristo. Estudiar la vida de Jesús, sus palabras, sus acciones, su compasión, su justicia, es contemplar el carácter del Padre. Esto nos invita a profundizar en nuestro conocimiento de Jesús para así conocer más íntimamente a Dios Padre.
Unidad de Ser y Obrar: Jesús no es un simple mensajero; Él "está en el Padre y el Padre está en Él". Sus palabras y obras son las del Padre. Esto nos da una inmensa confianza en quién es Jesús y en la autenticidad de su revelación. Nos llama a creer en esta unidad, incluso si no la comprendemos plenamente, al menos "por las obras" que Él realizó.
Obras Mayores por la Fe: La promesa de que "el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores" es asombrosa. No se trata de superar a Jesús en poder milagroso, sino de que, por la acción del Espíritu Santo (que Jesús enviará al irse al Padre), la obra de Jesús se extenderá por todo el mundo a través de sus discípulos de todas las épocas. "Mayores" puede referirse a la extensión geográfica y numérica del impacto del Evangelio. Nos desafía a no subestimar el poder de Dios que actúa a través de nosotros cuando vivimos una fe activa.
El Poder de la Oración en su Nombre: "Todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, yo lo haré". Pedir "en su Nombre" no es una fórmula mágica, sino orar en unión con Él, según su voluntad, buscando lo que Él buscaría: la gloria del Padre. Cuando nuestra oración está alineada con el corazón y los propósitos de Jesús, Él mismo se compromete a actuar. Esto nos invita a examinar la motivación y el contenido de nuestras oraciones: ¿buscan realmente la gloria de Dios y se ajustan al espíritu de Jesús?
Este pasaje nos llama a una fe más profunda en la divinidad de Jesús, a reconocer en Él la presencia del Padre, a creer en el poder transformador que se nos da por la fe para continuar su obra, y a confiar en la eficacia de la oración hecha en comunión con Él.
Preguntas para la reflexión
Cuando miro a Jesús, a través de los Evangelios, ¿qué aspectos del carácter de Dios Padre descubro o se hacen más claros para mí?
¿En qué "obras" de mi vida o de mi comunidad puedo ver el reflejo de la obra del Padre actuando a través de la fe en Jesús?
¿Qué significa para mí, en la práctica, hacer "obras mayores" que las de Jesús? ¿Cómo puedo contribuir a la expansión de su Reino con los dones que tengo?
Al orar "en el Nombre de Jesús", ¿soy consciente de que estoy pidiendo en sintonía con su voluntad y para la gloria del Padre? ¿Cómo puedo purificar mis intenciones al orar?
Oración
Señor Jesús, te alabamos porque en Ti hemos visto al Padre. Abre nuestros ojos y nuestro corazón para reconocerte cada día más profundamente como la manifestación perfecta del amor y la misericordia de Dios. Fortalece nuestra fe para que, creyendo en Ti, podamos ser instrumentos de tus obras en el mundo. Enséñanos a orar en tu Nombre con una confianza audaz y un corazón alineado con tu voluntad, para que en todo el Padre sea glorificado en Ti. Amén.