Lucas 10,21-24
Lucas 10,21-24
Jesús expresa una profunda alabanza y agradecimiento al Padre
Por revelar los misterios del reino de Dios a los humildes y sencillos, en contraste con los sabios y entendidos según los criterios del mundo. Este pasaje destaca la gratuidad de la revelación divina y la alegría que brota del conocimiento de Dios.
21 En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. 22 Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". 23 Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! 24 ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".
1) Explicación
Jesús, lleno de gozo en el Espíritu Santo, bendice al Padre por su manera de obrar: los pequeños, aquellos con corazones abiertos y receptivos, son los que comprenden los misterios del reino. Este contraste con los "sabios y entendidos" indica que no es el conocimiento humano lo que lleva a la comprensión de las cosas divinas, sino la humildad y la disposición de corazón.
Jesús también afirma que todo le ha sido entregado por el Padre, subrayando su íntima relación con Dios. Solo a través del Hijo se puede conocer al Padre, y esta revelación es un don gratuito que Él concede según su voluntad.
Finalmente, Jesús felicita a sus discípulos, quienes tienen el privilegio de ver y escuchar lo que muchas generaciones y profetas desearon sin llegar a experimentar.
2) Contemplación
Imagina a Jesús lleno de alegría, alabando al Padre con todo su corazón. Contempla la cercanía y el amor entre el Padre y el Hijo, y siente cómo esa alegría se extiende hacia ti. Visualiza a los discípulos escuchando estas palabras y reflexiona sobre el privilegio de estar en comunión con Jesús, experimentando su revelación.
3) Reflexión Personal
¿Cómo cultivo la humildad y sencillez en mi vida para estar más abierto a la revelación de Dios?
¿Valoro el privilegio de conocer a Jesús y su mensaje, algo que muchos en la historia desearon experimentar?
¿Me dejo llenar de alegría por el Espíritu Santo al reconocer la acción de Dios en mi vida?
¿Cómo busco conocer más profundamente al Padre a través del Hijo en mi vida diaria?
4) Reflexión Comunitaria
¿Cómo podemos, como comunidad, fomentar un espíritu de humildad y apertura al mensaje de Jesús?
¿Qué hacemos para mantener viva la alegría del Evangelio en nuestra vida comunitaria?
¿Estamos ayudando a otros a conocer al Padre a través de Jesús, compartiendo la revelación que hemos recibido?
¿Cómo valoramos y transmitimos el don de haber recibido esta revelación en un mundo que muchas veces la ignora?
5) Oración con Jesús sobre el tema
Señor Jesús,
Tú nos enseñas que el reino de Dios se revela a los corazones humildes y sencillos. Ayúdame a dejar atrás mi orgullo y a acercarme a ti con confianza, sabiendo que solo a través de ti puedo conocer al Padre.
Llena mi vida con la alegría de tu Espíritu Santo, que me inspire a alabar a Dios por sus maravillas y a compartir con los demás el amor que he recibido. Hazme consciente del privilegio de conocer tu palabra y de vivir en comunión contigo.
Que mi vida sea un reflejo de tu alegría y humildad, y que siempre busque vivir en la verdad de tu amor.
Amén.
Este pasaje nos recuerda la importancia de la sencillez y la humildad para recibir a Dios, y nos invita a vivir con alegría y gratitud por el privilegio de ser parte de su revelación.