Éxodo 11,10; 12,1-14
"La Décima Plaga y la Institución de la Pascua: Memorial de la Liberación"
“11,10 Moisés y Aarón realizaron todos estos prodigios delante del Faraón; pero el Señor había endurecido el corazón del Faraón, y él no dejó partir de su país a los israelitas.
12,1 El Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: 2 «Este mes será para ustedes el principio de los meses, el primero de los meses del año. 3 Digan a toda la comunidad de Israel: “El diez de este mes, cada uno tomará un cordero por familia, uno por cada casa. 4 Y si la familia es demasiado pequeña para comer el cordero, deberá compartirlo con su vecino más próximo, teniendo en cuenta el número de personas y la ración que come cada uno. 5 El animal deberá ser un macho de un año, sin ningún defecto. Podrá ser cordero o cabrito. 6 Ustedes lo reservarán hasta el día catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, toda la asamblea de la comunidad de Israel lo inmolará. 7 Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. 8 Esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes ázimos y verduras amargas. 9 No la comerán cruda ni hervida, sino asada al fuego, con su cabeza, sus patas y sus entrañas. 10 No dejarán nada para el día siguiente, y si algo queda, lo quemarán al fuego. 11 Deberán comerlo así: con el cinturón en la cintura, las sandalias en los pies y el bastón en la mano. Y lo comerán de prisa, porque es la Pascua del Señor. 12 Esa misma noche, yo pasaré por el país de Egipto y daré muerte a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. 13 La sangre será para ustedes un signo en las casas donde habiten: al verla, yo pasaré de largo, y así la plaga destructora no los alcanzará a ustedes, cuando yo hiera al país de Egipto. 14 Este será para ustedes un día memorable y deberán celebrarlo como una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua».”
Contexto
Este pasaje se encuentra en el punto culminante del enfrentamiento entre Dios (a través de Moisés y Aarón) y el Faraón. Han ocurrido ya nueve plagas, pero el Faraón, cuyo corazón Dios ha "endurecido", se niega a dejar partir a los israelitas. Ahora, Dios anuncia la décima y definitiva plaga: la muerte de todos los primogénitos de Egipto. Justo antes de este juicio, Dios instruye a Moisés y a Aarón sobre un ritual sagrado, la Pascua, que servirá como signo de protección para los israelitas y como un memorial perpetuo de su liberación.
Tema Central
El tema central es la institución de la Pascua como el rito que precede y da sentido a la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. La sangre del cordero pascual, untada en los postes de las puertas, servirá como un signo de protección que salvará a los primogénitos israelitas del ángel destructor. La comida pascual (cordero, panes ázimos, hierbas amargas), comida de prisa y listos para partir, se convertirá en un memorial perpetuo de la noche en que el Señor "pasó de largo" (Pascua) y los liberó.
Aplicación a nuestra actualidad (especialmente desde la perspectiva cristiana)
El relato de la Pascua es absolutamente fundamental para la fe cristiana, ya que prefigura de manera poderosa el misterio de la redención en Cristo:
El Cordero sin Defecto: El cordero pascual, macho, de un año y sin defecto, es una prefiguración clara de Jesucristo. San Juan Bautista lo presenta como "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1,29), y San Pablo afirma que "Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado" (1 Corintios 5,7).
La Sangre que Salva: La sangre del cordero en los postes de las puertas salvó a los israelitas de la muerte. Para los cristianos, la Sangre de Cristo derramada en la cruz es lo que nos salva de la muerte eterna, nos limpia del pecado y nos libra del poder del mal. Es el signo de la Nueva Alianza.
La Comida Pascual y la Eucaristía: La comida pascual (cordero, pan, vino) es el contexto en el que Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena. Él se dio a sí mismo como el verdadero Cordero Pascual, y el pan y el vino se convirtieron en su Cuerpo y su Sangre, el alimento de la Nueva Alianza que nos fortalece en nuestro peregrinaje.
Comer de Prisa, Listos para Partir: La instrucción de comer "con el cinturón en la cintura, las sandalias en los pies y el bastón en la mano" nos recuerda que la vida cristiana es un éxodo, una peregrinación. No estamos instalados definitivamente en este mundo; estamos de camino hacia la verdadera Tierra Prometida, el Cielo. La Eucaristía es el "pan de los peregrinos" que nos alimenta en este viaje.
Un Memorial Perpetuo: "Este será para ustedes un día memorable y deberán celebrarlo como una fiesta en honor del Señor... como una institución perpetua". La Pascua era el memorial de la liberación de Egipto. Para nosotros, la Eucaristía es el memorial de la muerte y resurrección de Jesús. Cada vez que la celebramos, no solo recordamos, sino que hacemos presente y actual la obra de nuestra salvación.
Este pasaje, por tanto, nos invita a profundizar en el misterio de nuestra propia liberación. Hemos sido marcados no con la sangre de un cordero animal, sino con la preciosa Sangre de Cristo. Hemos sido liberados no de la esclavitud de Egipto, sino de la esclavitud del pecado y de la muerte. Y estamos llamados a vivir como un pueblo peregrino, alimentado por el nuevo Pan de Vida, en constante acción de gracias por la salvación que hemos recibido, hasta que lleguemos a la patria celestial.
Preguntas para la reflexión
¿Soy consciente de que, por la Sangre de Cristo, el verdadero Cordero Pascual, he sido salvado/a de la "muerte"? ¿Cómo vivo esta gratitud?
Al participar en la Eucaristía, ¿la veo como el cumplimiento de esta antigua Pascua y como el verdadero memorial de la entrega de Jesús por mí?
¿Vivo mi vida cristiana con la actitud de un "peregrino" que está de camino ("con las sandalias en los pies y el bastón en la mano"), o estoy demasiado apegado/a a las seguridades de este "Egipto" terrenal?
¿Qué "hierbas amargas" (recuerdo del sufrimiento del pecado y de la esclavitud) necesito tener presentes para valorar más la dulzura de la liberación en Cristo?
¿De qué manera puedo hacer de mi vida un "memorial" más vivo y constante de la Pascua de Cristo, de su paso de la muerte a la vida?
Oración
Señor Jesús, verdadero Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, te damos gracias porque por tu Sangre derramada en la cruz, el ángel de la muerte ha "pasado de largo" sobre nosotros y nos has liberado de la esclavitud del pecado. Ayúdanos a celebrar el memorial de tu Pascua en la Eucaristía con fe y gratitud, y a vivir como peregrinos en este mundo, alimentados por tu Cuerpo y tu Sangre, hasta que lleguemos a la Tierra Prometida del cielo. Amén.