“Ningún profeta es bien recibido en su tierra”
Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga: “Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Elíseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, el sirio”.
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.
Hoy el Evangelio nos muestra algo muy humano, muy cotidiano, pero también muy profundo: Jesús no es bien recibido en su propio pueblo, entre los suyos.
Él, que había empezado a predicar con fuerza y a sanar a muchos, vuelve a su tierra, a Nazaret, y en vez de ser acogido con alegría… es rechazado.
1. 📜 Contexto bíblico e histórico del pasaje
Jesús había leído en la sinagoga el texto del profeta Isaías, anunciando que Él era el enviado de Dios para traer buena noticia a los pobres, libertad a los oprimidos, luz a los ciegos.
Al principio, todos lo miraban admirados… pero cuando empezó a decirles que Dios también actuaba fuera de Israel —con los ejemplos de la viuda de Sarepta y Naamán el sirio—, se encendió el enojo.
¿Por qué? Porque Jesús les estaba diciendo que el amor de Dios no tiene fronteras, que no es exclusivo para los “de casa”, que Dios obra también fuera de lo que nosotros consideramos “correcto” o “cercano”.
2. 🌾 Resumen del texto en lenguaje de hoy
Podríamos decirlo así:
Jesús fue a su pueblo a compartir la Palabra, pero la gente no quiso escucharlo. Les costaba aceptar que uno de los suyos pudiera ser portador de algo tan grande. Les molestó que dijera que Dios también bendice a personas extranjeras y distintas. Y en vez de abrir el corazón… lo rechazaron y hasta quisieron echarlo fuera.
3. ❤️ Tema central del texto
Dios rompe nuestras fronteras y prejuicios.
El Evangelio nos muestra que el corazón humano a veces se cierra por orgullo, por costumbre o por creerse dueño de Dios. Jesús nos enseña que el amor de Dios es para todos, incluso para los que a veces despreciamos o consideramos “fuera”.
También nos recuerda que muchas veces rechazamos lo que viene de cerca, lo pequeño, lo cotidiano… como si Dios solo hablara desde lo espectacular. Pero Dios sigue viniendo en lo sencillo, en lo humilde, en lo que a veces no valoramos.
4. ❓ Preguntas simples y profundas para aplicar en la vida
¿Estoy dispuesto a reconocer la voz de Dios cuando viene por caminos inesperados?
¿Acepto que Dios puede hablarme a través de personas sencillas, cercanas o distintas a mí?
¿Tengo prejuicios que me impiden ver el bien en los demás?
¿A quién estoy excluyendo del amor de Dios, quizás sin darme cuenta?
5. 🙏 Oración final inspirada en el texto
Señor Jesús,
Tú fuiste rechazado por los tuyos, y aún así seguiste amando.
Dame un corazón abierto, sin prejuicios ni orgullo.
Enséñame a descubrirte en lo cotidiano,
en los gestos sencillos, en las personas humildes.
Que no me acostumbre a tu Palabra ni cierre mi corazón
cuando me invitas a cambiar.
Hazme instrumento de tu amor,
y ayúdame a reconocer que tú vienes también en lo distinto, en lo nuevo, en lo que no esperaba.
Amén.