"Paz, Crecimiento y Milagros a través de Pedro"
***«31» La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, animada por el Espíritu Santo. «32» Pedro, que recorría el país, fue también a visitar a los santos que residían en Lida. «33» Encontró allí a un hombre llamado Eneas, que era paralítico y desde hacía ocho años estaba postrado en una camilla. «34» Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te devuelve la salud. Levántate y arregla tu lecho». Y él se levantó en seguida. «35» Al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se convirtieron al Señor. «36» Había en Jope una discípula llamada Tabitá, que quiere decir «Gacela». Dedicaba su vida a hacer buenas obras y repartía abundantes limosnas. «37» En esa época se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la depositaron en la habitación de arriba. «38» Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle: «Ven en seguida a nosotros». «39» Pedro partió con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon llorando y le mostraban las túnicas y los mantos que Tabitá les hacía cuando vivía con ellas. «40» Pedro hizo salir a todos, se puso de rodillas y oró. Luego, volviéndose hacia el cadáver, dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. «41» El la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los santos y a las viudas, y se la presentó viva. «42» La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor.»***
Contexto
Este pasaje sigue a la conversión de Saulo (Pablo) y su posterior traslado a Tarso para evitar conspiraciones contra él. La partida de Saulo, el principal perseguidor, trae un período de paz y tranquilidad para la Iglesia en toda la región de Palestina (Judea, Galilea y Samaría). En este ambiente de calma, el foco narrativo vuelve a Pedro, el líder de los apóstoles, mostrándolo en una gira pastoral por las comunidades fuera de Jerusalén, consolidando la fe y manifestando el poder de Jesús resucitado a través de milagros.
Tema Central
El tema central es cómo el poder de Jesucristo resucitado continúa actuando a través de sus apóstoles (en este caso, Pedro) para sanar, dar vida y fortalecer a la Iglesia, llevando a la conversión de muchos. Se destacan dos milagros específicos: la curación de Eneas, un paralítico, y la resurrección de Tabitá (Dorcas), una discípula conocida por su caridad. Estos signos confirman la autoridad del mensaje apostólico y provocan la fe en el Señor. El período de paz permite que la Iglesia se consolide y crezca, animada por el Espíritu Santo.
Aplicación a nuestra actualidad
Este texto nos recuerda que Jesús sigue vivo y actuando hoy, a través de su Iglesia y de cada uno de nosotros. Pedro actúa "en nombre de Jesucristo" para sanar a Eneas y ora intensamente antes de resucitar a Tabitá. ¿Confiamos nosotros en el poder de Jesús que actúa en nuestra vida y a través de nosotros? ¿Invocamos su nombre con fe ante nuestras "parálisis" (físicas, espirituales, emocionales) o las de los demás? La historia de Tabitá resalta la importancia de las "buenas obras y limosnas". Nuestra fe se hace creíble a través de la caridad concreta, del servicio humilde a los necesitados. Ella era amada porque su fe se traducía en acción. ¿Cómo se traduce mi fe en obras de amor concretas? El pasaje también nos muestra cómo la acción de Dios a través de sus siervos lleva a otros a la fe. ¿Nuestra manera de vivir, de servir, de confiar en Dios, atrae a otros hacia Jesús? Finalmente, el tiempo de paz fue un tiempo de consolidación y crecimiento. ¿Cómo aprovechamos nosotros los momentos de calma en nuestra vida? ¿Los usamos para profundizar nuestra relación con Dios, para servir más o para crecer como comunidad, o simplemente nos relajamos y olvidamos lo esencial? Fijarnos en los detalles, en las personas concretas (Eneas, Tabitá, las viudas), nos invita a estar atentos a las necesidades específicas a nuestro alrededor.
Preguntas para la reflexión
¿En qué áreas de mi vida necesito hoy escuchar la palabra de Jesús, a través de su Iglesia o de mi oración: "Levántate"? ¿Qué "parálisis" me impiden vivir plenamente?
¿Cómo puedo cultivar una fe más activa que se manifieste en "buenas obras y limosnas", como la de Tabitá, mostrando el amor de Dios de forma concreta?
¿Confío realmente en que Dios puede actuar con poder a través de mi oración y mis acciones hechas en nombre de Jesús? ¿Qué me impide creerlo más?
¿Cómo estoy utilizando los momentos de relativa "paz" o tranquilidad en mi vida? ¿Son oportunidades para crecer en la fe y en el servicio?
¿De qué manera mi vida puede ser un testimonio que, como los milagros de Pedro, ayude a otros a "convertirse al Señor"?
Oración
Señor Jesús, que devolviste la salud a Eneas y la vida a Tabitá a través de tu apóstol Pedro. Te pido que actúes también hoy en mi vida con tu poder sanador y vivificante. Ayúdame a levantarme de mis parálisis y a vivir una fe que se traduzca en obras de amor concretas. Concédeme confiar plenamente en tu poder que actúa a través de mí y haz que mi vida sea un testimonio que atraiga a otros a Ti. Amén.