Juan 15,18-21
"El Odio del Mundo: Unidos a Cristo en la Persecución"
“18 Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. 19 Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. 20 Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. 21 Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.”
Contexto
Este pasaje forma parte del Discurso de Despedida de Jesús durante la Última Cena (Evangelio de Juan). Jesús acaba de hablarles a sus discípulos sobre el mandamiento del amor mutuo como señal distintiva y sobre la amistad que les ofrece (Juan 15,12-17). Ahora, con realismo, les prepara para la hostilidad y el rechazo que enfrentarán por parte del "mundo", entendido aquí no como la creación de Dios, sino como el sistema de valores y poderes opuestos a Dios y a su Reino. Esta enseñanza es crucial para que los discípulos no se desanimen ni se sorprendan cuando experimenten oposición.
Tema Central
El tema central es la advertencia de Jesús a sus discípulos sobre el odio y la persecución que sufrirán por parte del "mundo" debido a su unión con Él y a su pertenencia a un orden de valores diferente. Este rechazo es una consecuencia de la elección de Jesús y de que Él los ha "sacado" del mundo. Los discípulos compartirán la misma suerte que su Señor: si a Él lo odiaron y persiguieron, también a ellos. La causa última de esta hostilidad es la ignorancia del mundo acerca de Dios Padre, quien envió a Jesús.
Aplicación a nuestra actualidad
Estas palabras de Jesús, aunque duras, son profundamente realistas y preparatorias para la vida cristiana en cualquier época:
No Ser del Mundo: "Como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia". Ser discípulo de Jesús implica una identidad y unos valores que a menudo entran en conflicto con los del "mundo" (egoísmo, materialismo, injusticia, búsqueda de poder a toda costa, etc.). Nuestra "ciudadanía" principal está en el Reino de Dios. Esta diferencia puede generar incomprensión, rechazo o incluso hostilidad. No debemos buscar ingenuamente la aprobación incondicional del mundo si somos fieles a Cristo.
Compartir la Suerte de Jesús: "El servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes". Esta es una fuente de consuelo y, a la vez, una llamada a la fortaleza. Experimentar oposición por causa de la fe no es una señal de que algo estamos haciendo mal, sino de que estamos siguiendo de cerca los pasos del Maestro. Nos une más a Él.
El Odio como Consecuencia de la Elección: El mundo odia a los discípulos porque primero odió a Jesús. Este odio no es personal contra el discípulo en sí mismo, sino que se dirige a Cristo, a quien el discípulo representa. Saber esto puede ayudarnos a no tomar las oposiciones de manera puramente personal y a mantener la paz interior.
Motivo de la Persecución: El Nombre de Jesús: "Los tratarán así a causa de mi Nombre". El Nombre de Jesús representa su persona, su autoridad, su mensaje salvador. Es este Nombre el que desafía las estructuras del mundo y, por tanto, provoca su rechazo. Ser perseguido "por su Nombre" es, paradójicamente, un honor (como se ve en otros pasajes de Hechos).
La Causa Raíz: No Conocer al Padre: "Porque no conocen al que me envió". La hostilidad última del mundo hacia Jesús y sus seguidores proviene de una ceguera o un rechazo a Dios Padre. Esto nos invita a la compasión y a la oración por aquellos que persiguen, para que puedan llegar a conocer al verdadero Dios.
Este pasaje no busca infundir miedo, sino preparar y fortalecer. Nos llama a una fidelidad valiente a Jesús, sabiendo que nuestra unión con Él puede implicar compartir su rechazo por parte del mundo, pero también nos asegura que estamos en el camino correcto si esto sucede por causa de su Nombre. Es una llamada a discernir cuándo el "mundo" nos aprecia por comprometer nuestra fe y cuándo nos rechaza por serle fieles.
Preguntas para la reflexión
¿En qué situaciones o de qué maneras experimento que mis valores como seguidor/a de Jesús chocan con los valores del "mundo" que me rodea?
¿Cómo reacciono internamente (miedo, sorpresa, tristeza, fortaleza) cuando siento incomprensión o rechazo por vivir o expresar mi fe?
¿Me consuela o me desafía pensar que, al enfrentar oposición por mi fe, estoy compartiendo la suerte de Jesús?
¿Cómo puedo yo, en medio de un "mundo" que a menudo "no conoce al Padre", ser un testigo de su amor y de la verdad de Jesús, incluso si eso implica incomprensión?
Oración
Señor Jesús, Tú nos advertiste que el mundo nos odiaría como te odió a Ti, porque no somos del mundo, sino que Tú nos elegiste y nos sacaste de él. Danos la fortaleza para no temer cuando enfrentemos la incomprensión o la persecución por causa de tu Nombre. Ayúdanos a recordar que el servidor no es más grande que su señor, y que si somos fieles a tu palabra, compartiremos también tu destino. Que, a pesar de todo, podamos ser testigos del amor del Padre, a quien el mundo no conoce. Amén.