"Dios Hace Algo Nuevo"
16 Así dice el Señor, el que abrió un camino en el mar y un sendero en las aguas impetuosas, 17 el que hizo salir carros y caballos, ejército y guerreros; quedaron postrados, no pudieron levantarse, se extinguieron, se apagaron como una mecha: 18 «No recuerden más las cosas pasadas, ni piensen en las cosas de antaño. 19 He aquí que yo hago cosa nueva, ya está en brotes, ¿no la conocen? Sí, abriré un camino en el desierto y senderos en la estepa. 20 Me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los avestruces, porque habré dado agua en el desierto y ríos en la estepa para dar de beber a mi pueblo, mi elegido, 21 el pueblo que me formé para que proclamara mis alabanzas».
Contexto
Estos versículos se encuentran en la segunda parte del libro de Isaías (conocida como Deuteroisaías), escrita durante el exilio del pueblo de Judá en Babilonia. El profeta busca consolar y animar a un pueblo que se siente derrotado y sin esperanza, recordándoles las grandes obras de Dios en el pasado, especialmente la liberación de Egipto (simbolizada por la apertura del camino en el mar y la derrota del ejército egipcio). Sin embargo, el mensaje central es que Dios está a punto de realizar una nueva obra de salvación aún más sorprendente, un nuevo éxodo que traerá restauración y gloria a su pueblo.
Tema Central
El tema central de este texto es la iniciativa divina de realizar una obra nueva de salvación y restauración, superando incluso las maravillas del pasado. Dios invita a su pueblo a no quedarse anclado en la memoria de las antiguas liberaciones, sino a abrir los ojos y el corazón para reconocer y acoger lo nuevo que Él está por hacer. Esta nueva obra se describe como la apertura de caminos en lugares imposibles (desierto y estepa) y la provisión abundante de agua para su pueblo elegido, lo que resultará en la alabanza de toda la creación a Dios.
Aplicación a nuestra actualidad
En nuestra vida personal y en la historia de la humanidad, a menudo tendemos a aferrarnos al pasado, a recordar con nostalgia los "buenos tiempos" o a quedar atrapados en el peso de las heridas y las dificultades. Este pasaje de Isaías nos invita a mantener una actitud de apertura y esperanza hacia el futuro, confiando en que Dios siempre está obrando y que puede realizar cosas nuevas y sorprendentes en nuestras vidas. Quizás sentimos que estamos atravesando un "desierto" personal o una "estepa" espiritual, llenos de sequedad y falta de perspectivas. La promesa de Dios de abrir caminos donde no los hay y de dar agua abundante nos anima a no perder la esperanza y a confiar en su providencia. A veces, Dios nos pide que dejemos atrás viejas maneras de pensar o de actuar para poder recibir lo nuevo que Él quiere ofrecernos. Estar atentos a los "brotes" de lo nuevo que ya están surgiendo a nuestro alrededor requiere discernimiento y una disposición a salir de nuestra zona de confort. La alabanza de toda la creación nos recuerda que la obra de Dios tiene un alcance universal y que estamos llamados a ser parte de ella, proclamando sus maravillas con nuestra vida.
Preguntas para la reflexión
¿A qué "cosas pasadas" o "cosas de antaño" sientes que te aferras en tu vida, quizás impidiéndote ver lo nuevo que Dios quiere hacer?
¿En qué áreas de tu vida sientes que estás atravesando un "desierto" o una "estepa"? ¿Cómo buscas la "agua" que Dios te promete?
¿Estás abierto a la posibilidad de que Dios realice cosas nuevas y sorprendentes en tu vida y en el mundo? ¿Cómo cultivas esa apertura?
¿Cuáles son los "brotes" de lo nuevo que percibes a tu alrededor, quizás en tu comunidad, en la Iglesia o en el mundo? ¿Cómo respondes a ellos?
¿De qué maneras sientes que estás llamado a "proclamar las alabanzas" de Dios con tu vida?
Oración
Señor Dios, Creador de lo nuevo, te damos gracias por tu promesa de no quedarte anclado en el pasado, sino de abrir caminos en nuestros desiertos y de darnos agua abundante en nuestras sequedades. Ayúdanos a no aferrarnos a lo que fue, sino a estar atentos y abiertos a lo que Tú quieres hacer en nuestras vidas y en nuestro mundo. Concédenos la gracia de reconocer los brotes de tu novedad y de unirnos a tu obra de salvación, para que toda la creación proclame tus alabanzas. Amén.