Salmo 47(46), 2-7
"Aplaudan, Pueblos Todos: El Señor, Rey Universal"
“2 ¡Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría! 3 ¡Qué temible es el Señor, el Altísimo, el soberano de toda la tierra! 4 Él puso a los pueblos bajo nuestro yugo, y a las naciones bajo nuestros pies; 5 eligió para nosotros una herencia, orgullo de Jacob, su predilecto. Pausa 6 El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas. 7 ¡Canten a nuestro Dios, canten; canten a nuestro Rey, canten!”
Contexto
El Salmo 47 es un himno exultante que celebra la soberanía universal de Dios como Rey sobre toda la tierra y todas las naciones. Se le considera uno de los "salmos de entronización del Señor" o "salmos reales", que podrían haber sido utilizados en festividades que conmemoraban el reinado de Dios, posiblemente asociadas con el arca de la alianza o con victorias militares. Los versículos seleccionados invitan a una alabanza jubilosa y universal, reconociendo el poder de Dios, su elección de Israel y su ascensión triunfal.
Tema Central
El tema central es la aclamación gozosa y universal de Dios como el Rey soberano y temible sobre toda la tierra. Se destaca su poder para someter a las naciones (en el contexto original, interpretado como una victoria para su pueblo Israel), su elección amorosa de Israel como su herencia, y su ascensión triunfal, que merece un canto incesante de todos los pueblos.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo, con su lenguaje vigoroso y su alegría desbordante, nos invita a reconocer y celebrar la realeza de Dios en nuestras vidas y en el mundo:
Alabanza Gozosa y Universal: "¡Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría!". La alabanza a Dios no es algo reservado para unos pocos o para momentos solemnes y callados. Es una explosión de alegría que debe involucrar a todos, con expresiones corporales y vocales entusiastas. Nos desafía a vivir nuestra fe con una alegría contagiosa que invite a otros a unirse.
Reconocer la Soberanía Temible de Dios: "¡Qué temible es el Señor, el Altísimo, el soberano de toda la tierra!". El "temor" aquí no es miedo servil, sino un profundo respeto, asombro y reverencia ante la majestad y el poder infinito de Dios. Reconocer que Él es el soberano sobre todo nos ayuda a poner nuestras propias vidas y los acontecimientos del mundo en la perspectiva correcta.
Dios Actúa en la Historia (Interpretación Cristiana): Aunque los versículos sobre someter a los pueblos (v.4) pueden sonar difíciles para la sensibilidad moderna si se interpretan literalmente como conquista militar, desde una perspectiva cristiana podemos verlos como la victoria de Cristo sobre las fuerzas del mal y la llamada a que todas las naciones se sometan a su reinado de amor y justicia. La "herencia" elegida (v.5) se amplía en Cristo para incluir a todos los que creen en Él.
La Ascensión y el Reinado de Cristo: "El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas". Para los cristianos, esta imagen evoca poderosamente la Ascensión de Jesucristo, quien, después de su victoria sobre la muerte, subió al cielo para sentarse a la derecha del Padre y reinar como Señor universal. Su ascensión es motivo de gran alegría y el fundamento de nuestra esperanza.
Canto Incesante al Rey: "¡Canten a nuestro Dios, canten; canten a nuestro Rey, canten!". La repetición enfatiza la importancia y la continuidad de la alabanza. Nuestra vida debe ser un canto constante a Dios, nuestro Rey, reconociendo su señorío en todas las circunstancias.
Este salmo nos impulsa a una fe vibrante, que no teme expresar su alegría y su reconocimiento de Dios como el Rey supremo y amoroso de toda la creación y de todas las naciones, invitando a todos a unirse a esta celebración universal.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo "aplaudir" y "aclamar al Señor con gritos de alegría" en mi vida de fe, permitiendo que mi alabanza sea más expresiva y gozosa?
¿Cómo se manifiesta en mi vida el "temor reverente" al Señor Altísimo, reconociendo su soberanía sobre todas las cosas?
Al pensar en la "ascensión" de Dios entre aclamaciones, ¿cómo me ayuda esto a celebrar la victoria de Cristo y su reinado actual en mi vida y en el mundo?
¿Qué significa para mí "cantar a nuestro Rey" de manera constante? ¿Cómo puedo hacer de mi vida un canto de alabanza más continuo?
Oración
Señor, Dios Altísimo, Rey soberano de toda la tierra, te aclamamos con gritos de alegría y aplaudimos tu grandeza. Te reconocemos como nuestro Dios y nuestro Rey, y te cantamos con gozo, celebrando tu victoria y tu ascensión triunfal. Que todos los pueblos te alaben y reconozcan tu señorío. Infunde en nosotros un espíritu de alabanza constante, para que nuestras vidas sean un himno perenne a tu majestad. Amén.