Génesis 41, 53-57; 42, 5-7a, 17-24a
"El Plan de Dios en la Crisis: José y sus Hermanos en Egipto"
“41,53 Cuando pasaron los siete años de abundancia que hubo en Egipto, 54 comenzaron a llegar los siete años de hambre, como José lo había anunciado. Hubo hambre en todos los países, pero en todo el territorio de Egipto había pan. 55 Cuando el hambre se extendió por todo el país, el pueblo reclamó pan al Faraón. Él respondió a todos los egipcios: «Vayan a ver a José y hagan lo que él les diga». 56 El hambre se hizo sentir en toda la tierra, y José abrió todos los depósitos de trigo para venderlo a los egipcios, porque el hambre se hacía cada vez más intensa en el país. 57 Y de todos los países venían a Egipto para comprarle grano a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra.
42,5 Así llegaron los hijos de Israel, junto con otros, para comprar víveres, porque el hambre reinaba en el país de Canaán. 6 José era el hombre fuerte del país, y era él quien vendía el grano a toda la población. Al llegar, sus hermanos se postraron ante él con el rostro en tierra. 7a Apenas José vio a sus hermanos, los reconoció, pero se comportó con ellos como un extraño... 17 Y los puso a todos juntos bajo custodia, durante tres días. 18 Al tercer día, José les dijo: «Yo temo a Dios. Por eso, para que puedan vivir, hagan lo que les digo: 19 si son gente de bien, que uno de ustedes quede detenido en la prisión; los demás, en cambio, vayan a llevar a sus casas el grano que han comprado para aliviar el hambre. 20 Después tráiganme a su hermano menor, y así probarán la verdad de sus palabras y no morirán». Ellos aceptaron. 21 Entonces se decían unos a otros: «¡Realmente, estamos pagando el crimen que cometimos contra nuestro hermano! ¡Nosotros vimos su angustia cuando nos pedía clemencia, y no lo quisimos escuchar! ¡Por eso nos sucede ahora esta desgracia!». 22 Rubén tomó la palabra y les dijo: «¿No les había dicho yo que no cometieran ese crimen contra el niño? Pero ustedes no me escucharon, y ahora se nos pide cuenta de su sangre». 23 Ellos no sabían que José los entendía, porque este les hablaba por medio de un intérprete. 24a Entonces José se retiró y se puso a llorar.”
Contexto
Este pasaje se sitúa muchos años después de que los hermanos de José lo vendieran como esclavo. Gracias a su don de interpretar sueños, José ha ascendido a una posición de poder inmenso en Egipto, convirtiéndose en el administrador del país bajo el Faraón. Ha supervisado la recolección de grano durante los siete años de abundancia y ahora administra la distribución durante los siete años de hambruna, que afecta no solo a Egipto sino a toda la región, incluyendo Canaán, donde vive su padre Jacob con sus hermanos. La crisis de hambre obliga a los hijos de Jacob a viajar a Egipto para comprar grano, lo que los lleva, sin saberlo, a reencontrarse con el hermano que traicionaron.
Tema Central
El tema central es la manifestación de la providencia soberana de Dios, que utiliza incluso el mal cometido por los hermanos de José y una crisis mundial (el hambre) para llevar a cabo su plan de salvación para la familia de Israel. Se destaca el dramático reencuentro, el poder y la estrategia de José para poner a prueba a sus hermanos, y el despertar de la conciencia culpable de estos, que interpretan su desgracia actual como un justo castigo por su pecado pasado.
Aplicación a nuestra actualidad
Esta profunda historia humana y divina nos ofrece lecciones vitales sobre la providencia, el pecado, la conciencia y la reconciliación:
La Providencia de Dios en Medio de la Crisis: Dios no causó el pecado de los hermanos, pero lo usó para un bien mayor. La crisis del hambre, que parece un desastre, se convierte en el instrumento a través del cual Dios reúne a la familia y la salva de la muerte. Esto nos invita a buscar la mano providente de Dios incluso en medio de las crisis personales o mundiales. A menudo, Dios puede estar obrando de maneras misteriosas para traer un bien mayor a partir de situaciones difíciles.
El Poder del Arrepentimiento y la Conciencia: "¡Realmente, estamos pagando el crimen que cometimos contra nuestro hermano!". Al enfrentarse a la prueba, la conciencia culpable de los hermanos, que había estado dormida durante años, despierta. Reconocen su pecado y ven su situación actual como una consecuencia directa de él. Este es el primer paso indispensable para la conversión y la reconciliación: reconocer la propia falta.
El Camino hacia la Sanación: José, aunque los reconoce, no revela su identidad inmediatamente. Su dureza aparente ("se comportó con ellos como un extraño", los encarcela, los pone a prueba) no es un acto de venganza, sino una estrategia pedagógica. Busca ver si han cambiado, si se preocupan los unos por los otros y por su padre, y si están dispuestos a sacrificar algo por su hermano menor, Benjamín. La verdadera reconciliación requiere un proceso de prueba, de verdad y de cambio de corazón, no solo un perdón superficial.
La Emoción Oculta del Perdón: "Entonces José se retiró y se puso a llorar". Detrás de su fachada de dureza, el corazón de José está lleno de emoción y, presumiblemente, de un anhelo de perdonar y reunirse con su familia. El proceso de reconciliación puede ser doloroso para todas las partes, incluso para quien ha sido ofendido y está dispuesto a perdonar.
Dios Sostiene a su Pueblo: La historia es un recordatorio de que, a pesar de los conflictos familiares, las traiciones y las crisis, Dios es fiel a su promesa y utiliza todos los medios para preservar y salvar a su pueblo.
Este pasaje nos invita a confiar en la misteriosa providencia de Dios, que puede sacar bienes de los males. Nos llama a un examen de conciencia sincero, reconociendo que nuestras acciones tienen consecuencias y que el arrepentimiento es el camino hacia la sanación. Y nos muestra que la verdadera reconciliación es un proceso que exige verdad, prueba y un cambio de corazón, todo ello envuelto en la gracia de un Dios que busca reunir a su familia dispersa.
Preguntas para la reflexión
Mirando hacia atrás en mi vida, ¿puedo identificar situaciones difíciles o dolorosas de las cuales Dios, de manera misteriosa, sacó un bien mayor que yo no esperaba?
¿Hay "crímenes" o faltas pasadas en mi vida cuya conciencia culpable necesito afrontar para poder iniciar un verdadero camino de sanación y reconciliación?
¿Estoy dispuesto/a a pasar por procesos de prueba y de verdad para lograr una reconciliación auténtica en mis relaciones rotas, o busco soluciones fáciles y superficiales?
¿Cómo puedo yo, al igual que José (aunque sin su poder), ayudar a otros a confrontar la verdad de sus acciones de una manera que los lleve a la conversión y no a la desesperación?
¿Qué me enseña la historia de José y sus hermanos sobre la paciencia de Dios y su capacidad para orquestar la salvación incluso a través de las circunstancias más complejas y dolorosas?
Oración
Señor, Dios de la providencia, que de manera misteriosa guiaste la historia de José y sus hermanos para llevar a cabo tu plan de salvación, ayúdanos a confiar en tu mano soberana, incluso en medio de las crisis y las dificultades. Despierta nuestra conciencia para que reconozcamos nuestras faltas y busquemos la reconciliación. Danos la sabiduría y la paciencia para caminar por los senderos, a veces dolorosos, de la verdad y el perdón, confiando en que Tú siempre buscas reunir y salvar a tu familia. Amén.