"¡Den Gracias! La Piedra Rechazada es la Piedra Angular"
«1 ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2 Diga la casa de Israel: ¡es eterno su amor! [...] 4 Digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! [...] 22 La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. 23 Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. 24 Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. 25 ¡Sálvanos, Señor, danos la prosperidad! 26 ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor. 27a El Señor es Dios, él nos ilumina.»
Contexto
El Salmo 118 es un salmo de acción de gracias, probablemente cantado en una procesión litúrgica hacia el Templo de Jerusalén. Podría ser la voz de un rey, un líder o incluso el pueblo personificado, que ha pasado por una gran dificultad (descrita en los versos no incluidos aquí) y ha sido rescatado milagrosamente por Dios. El salmo comienza y termina con un llamado a alabar el amor eterno (hesed) de Dios. Los versículos 22-27 forman parte del clímax de esta celebración: la llegada a la presencia de Dios (la Casa del Señor) y la aclamación por la salvación recibida de manera sorprendente. Versos como el 22 ("la piedra rechazada...") y el 26 ("Bendito el que viene...") adquirieron una profunda significación mesiánica y son citados varias veces en el Nuevo Testamento en referencia a Jesús, especialmente en el contexto de la Pascua.
Tema Central
El tema central es la celebración gozosa y agradecida por el amor eterno y la acción salvadora de Dios, que actúa de maneras inesperadas y maravillosas. Se destaca cómo Dios puede transformar el rechazo humano en fundamento (la piedra desechada se convierte en la principal). Este reconocimiento lleva a proclamar el presente ("este es el día") como un tiempo especial de alegría creado por Dios. Se combina la alabanza por lo recibido con la súplica confiada por la salvación continua ("¡Sálvanos!") y la bendición a quien representa a Dios.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo resuena poderosamente en nuestra vida. Primero, nos llama a empezar y terminar nuestro día, nuestras reflexiones, reconociendo la base de todo: el amor eterno de Dios. ¿Soy consciente de este amor constante, incluso cuando las cosas no van bien? El versículo de la piedra rechazada es muy profundo. ¿Cuántas veces nos hemos sentido desechados, minusvalorados, o hemos visto a otros en esa situación? ¿O quizás hemos desechado partes de nosotros mismos, talentos o llamadas que no valoramos? Este verso nos da una esperanza inmensa: Dios puede tomar lo que el mundo (o nosotros mismos) considera inútil y convertirlo en algo fundamental. Nos invita a mirar con los ojos de Dios, que ve el potencial donde nosotros vemos fracaso. Nos enseña a no desesperar ante el rechazo.
"Este es el día que hizo el Señor" es una invitación a vivir el presente como un regalo, una oportunidad para alegrarnos y regocijarnos, no por las circunstancias externas, sino porque Dios está actuando hoy. ¿Cómo puedo encontrar motivos de alegría y gratitud en este día concreto que estoy viviendo? La petición "¡Sálvanos!" nos recuerda que nuestra confianza está puesta en Dios para el futuro, para nuestra "prosperidad" (que es mucho más que lo material, es el bienestar pleno, la salvación). Y reconocer que Dios nos ilumina (v. 27a) es pedirle luz para ver su acción y seguir su camino.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera concreta he experimentado el "amor eterno" de Dios en mi vida recientemente? ¿Cómo puedo dar gracias por ello hoy?
¿Hay alguna situación, persona, o aspecto de mí mismo que sienta como "piedra rechazada"? ¿Cómo puedo invitar a Dios a actuar allí y mostrarme su perspectiva?
¿Qué me impide vivir "este día" con alegría y regocijo como un regalo del Señor? ¿Qué pequeño paso puedo dar para cambiar esa actitud hoy?
Al decir "¡Sálvanos, Señor!", ¿de qué necesito ser salvado/a hoy? ¿Qué significa para mí la verdadera "prosperidad" que le pido a Dios?
Oración
Señor, Dios nuestro, te damos gracias porque eres bueno y tu amor es eterno. Gracias porque tomas lo que nosotros desechamos y lo conviertes en la piedra angular de tu obra, como hiciste con tu Hijo Jesús. Ayúdanos a reconocer que este día es un regalo tuyo, un tiempo para alegrarnos y regocijarnos en tu presencia salvadora. Ilumínanos con tu luz, sálvanos de nuestros miedos y pecados, y danos la verdadera prosperidad que viene de vivir en tu amor. Bendito seas Tú, que siempre vienes a nosotros en nombre del Señor. Amén.