Salmo 57(56),8-12
"Despierta, Alma Mía: Alabanza Universal al Amor y Fidelidad de Dios"
“8 Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme; voy a cantar y a tocar para ti. 9 ¡Despierta, gloria mía! ¡Despierten, arpa y cítara, para despertar a la aurora! 10 Te daré gracias entre los pueblos, Señor, te cantaré entre las naciones, 11 porque tu amor es grande hasta el cielo y tu fidelidad, hasta las nubes. 12 ¡Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria!”
Contexto
El Salmo 57 lleva un encabezado que lo relaciona con un momento de gran peligro en la vida de David: "Cuando huía de Saúl, en la caverna". A pesar de esta situación de persecución y amenaza, el salmo es una poderosa expresión de confianza en Dios y una exultante alabanza. Los versículos anteriores (1-7) describen la angustia del salmista y su refugio en Dios. Los versículos 8-12 (que se repiten casi idénticamente en el Salmo 108,2-6) marcan un cambio: el corazón del salmista se afirma en Dios, y estalla en un canto de alabanza que busca despertar a toda la creación y proclamar la grandeza de Dios a todas las naciones.
Tema Central
El tema central es la alabanza firme y decidida a Dios, que brota de un corazón confiado incluso en medio de la adversidad. El salmista se compromete a una alabanza activa y universal, despertando sus propios dones ("gloria mía", sus instrumentos) y extendiendo su canto a todos los pueblos. Esta alabanza se fundamenta en el reconocimiento de la inmensidad del amor (misericordia) y la fidelidad de Dios, que alcanzan hasta los cielos. El deseo final es la exaltación suprema de Dios sobre toda la creación.
Aplicación a nuestra actualidad
Este pasaje nos ofrece una inspiración vibrante para nuestra propia vida de oración y alabanza, especialmente cuando enfrentamos dificultades:
Corazón Firme en la Alabanza: "Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme; voy a cantar y a tocar para ti". La alabanza no es solo para los momentos fáciles o cuando nos sentimos bien. El salmista toma una decisión consciente de alabar, de afirmar su corazón en Dios, a pesar de las circunstancias adversas. Esto nos enseña que la alabanza puede ser un acto de fe y voluntad, una forma de anclar nuestro corazón en Dios cuando todo alrededor parece inestable.
Despertar a la Alabanza: "¡Despierta, gloria mía! ¡Despierten, arpa y cítara, para despertar a la aurora!". Hay una urgencia y un entusiasmo en esta llamada. El salmista se auto-exhorta y busca movilizar todos sus recursos para alabar a Dios. Nos invita a no caer en la apatía o la pereza espiritual, sino a "despertar" activamente nuestra capacidad de alabanza, usando los dones y talentos que Dios nos ha dado (nuestra "gloria", nuestros "instrumentos") para honrarle. Incluso busca adelantarse a la aurora, mostrando que la alabanza a Dios debe ser prioritaria.
Alabanza Universal: "Te daré gracias entre los pueblos, Señor, te cantaré entre las naciones". La alabanza no se queda en un círculo íntimo, sino que tiene una dimensión misionera. El salmista desea que todas las naciones conozcan y alaben a Dios. Esto nos recuerda que nuestra fe y nuestra alabanza tienen un impacto que va más allá de nosotros mismos; somos llamados a ser testigos de la grandeza de Dios ante el mundo.
Motivos para la Alabanza: Amor y Fidelidad Infinitos: "¿Por qué esta alabanza tan decidida? "Porque tu amor es grande hasta el cielo y tu fidelidad, hasta las nubes". Reconocer la inmensidad del amor incondicional de Dios y su fidelidad constante, que nunca falla, es el motor de la alabanza. Cuanto más contemplamos estos atributos divinos, más brota de nuestro corazón el deseo de agradecer y cantar.
El Deseo Supremo: La Gloria de Dios: "¡Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria!". El anhelo último del salmista no es su propia liberación o bienestar, sino que Dios sea exaltado y que su gloria lo llene todo. Esta es la perspectiva más alta de la oración: desear por encima de todo que Dios sea Dios, que sea reconocido y glorificado.
Este salmo es un poderoso antídoto contra el desánimo y una llamada a una alabanza decidida, activa y universal, fundamentada en el amor y la fidelidad inagotables de Dios.
Preguntas para la reflexión
¿En qué momentos de dificultad me cuesta más mantener mi "corazón firme" para alabar a Dios? ¿Qué puedo hacer para tomar esa decisión consciente de alabar, como el salmista?
¿Qué "instrumentos" o dones personales puedo "despertar" para ofrecer una alabanza más viva y activa a Dios?
¿De qué manera puedo yo "dar gracias entre los pueblos" o "cantar entre las naciones", es decir, compartir mi fe y la grandeza de Dios con aquellos que me rodean o que están más allá de mi círculo habitual?
Al contemplar el amor y la fidelidad de Dios, ¿qué motivos personales de gratitud y alabanza surgen en mi corazón hoy?
¿Cómo puedo yo, en mi vida diaria, contribuir a que Dios sea más "elevado" y su gloria "llene la tierra" a través de mis acciones, palabras y actitudes?
Oración
Dios mío, que mi corazón esté firme en Ti, dispuesto siempre a cantar y a tocar para tu gloria. Despierta, alma mía, y todos mis dones, para alabarte desde el amanecer. Te daré gracias entre los pueblos y te cantaré entre las naciones, porque tu amor es grande hasta el cielo y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. ¡Elévate sobre el cielo, Dios nuestro, y que tu gloria llene toda la tierra! Amén.