"Esteban: Visión, Perdón y Martirio"
«51» ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo, igual que sus padres. «52» ¿Hubo algún profeta a quien sus padres no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que ustedes ahora han traicionado y asesinado. «53» Ustedes recibieron la Ley por intermedio de ángeles, y no la cumplieron». «54» Al oír estas cosas, los miembros del Sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. «55» Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. «56» Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios». «57» Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre. «58» Lo arrastraron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. «59» Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». «60» Y poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Al decir esto, expiró. «8,1a» Saulo aprobaba su muerte.»
Contexto
Este pasaje es la culminación dramática del largo discurso de Esteban ante el Sanedrín. Esteban, uno de los siete diáconos, había sido arrestado bajo falsas acusaciones de blasfemia contra Moisés y Dios (Hechos 6). En su defensa (Hechos 7), repasa la historia de Israel, destacando la constante resistencia del pueblo a la guía de Dios y a sus profetas. Estos versículos finales son la aplicación directa y confrontadora de esa historia a sus acusadores, seguida por la reacción violenta del Sanedrín y el martirio de Esteban, el primer mártir cristiano.
Tema Central
El tema central es el testimonio valiente y profético de Esteban, lleno del Espíritu Santo, que denuncia la dureza de corazón y la resistencia a Dios, lo que provoca el rechazo violento y su martirio. En medio de este rechazo, Esteban recibe una visión celestial que confirma su fe (Jesús glorificado) y muere imitando a su Maestro: entregando su espíritu y perdonando a sus verdugos. Se introduce también la figura de Saulo (futuro Pablo) como testigo y aprobador del hecho, marcando el inicio de una persecución más amplia.
Aplicación a nuestra actualidad
La confrontación de Esteban nos interpela: ¿Hay áreas en nuestra vida donde somos "rebeldes" o tenemos el corazón "pagano", resistiendo la acción del Espíritu Santo? A veces, como los miembros del Sanedrín, la verdad nos enfurece porque nos confronta con nuestra propia incoherencia. En medio de la hostilidad, Esteban fija la mirada en el cielo. ¿A dónde dirigimos nosotros la mirada cuando enfrentamos dificultades, oposición o sufrimiento? ¿Nos quedamos mirando el problema o buscamos la visión de Dios, la perspectiva del cielo que da esperanza y sentido? La visión de Jesús "de pie" (no sentado) sugiere que está activo, defendiendo a su testigo. Podemos confiar en que Él intercede por nosotros. La muerte de Esteban es un modelo radical: la entrega confiada ("Señor Jesús, recibe mi espíritu") y el perdón increíble ("Señor, no les tengas en cuenta este pecado"). ¿Qué rencores guardamos? ¿Qué difícil nos resulta perdonar ofensas, incluso mucho menores? Pedir la gracia de un corazón perdonador como el de Esteban y el de Jesús es esencial. La presencia de Saulo nos recuerda que incluso en medio de la tragedia y el mal aparente, Dios puede estar tejiendo un plan mayor que no comprendemos en el momento. ¿Qué sentimientos me provoca la dureza del Sanedrín? ¿Y la visión y el perdón de Esteban? ¿Qué me dice la presencia silenciosa de Saulo?
Preguntas para la reflexión
¿De qué maneras puedo estar yo resistiendo al Espíritu Santo en mi vida, manteniendo un "corazón cerrado" a ciertas verdades o llamados de Dios?
Cuando enfrento oposición, críticas o situaciones difíciles, ¿a dónde suelo dirigir mi mirada y mi atención? ¿Cómo puedo ejercitarme en "fijar la mirada en el cielo" para encontrar fortaleza y perspectiva?
¿Qué significa para mí hoy la imagen de Jesús "de pie a la derecha de Dios"? ¿Cómo me anima saber que Él intercede por mí?
¿A quiénes necesito perdonar hoy en mi vida? ¿Qué paso concreto puedo dar, pidiendo la gracia de Dios, para avanzar hacia ese perdón, aunque sea difícil?
¿Cómo puedo confiar en que Dios puede sacar un bien mayor incluso de situaciones dolorosas o aparentemente negativas en mi vida o en el mundo?
Oración
Señor Jesús, que acogiste el espíritu de tu siervo Esteban mientras te entregaba su vida perdonando a sus enemigos. Lléname de tu Espíritu Santo para que yo también pueda dar testimonio de Ti con valentía. Cuando enfrente la dificultad o la incomprensión, ayúdame a fijar la mirada en el cielo, donde Tú estás de pie a la derecha del Padre, intercediendo por mí. Dame un corazón generoso como el tuyo y el de Esteban, capaz de perdonar incluso a quienes me hacen daño. Que confíe siempre en tu plan, aunque no lo comprenda, y te entregue mi espíritu con total confianza. Amén.