"Encuentro con Jesús Resucitado y el Intento de Ocultar la Verdad"
«8 Ellas, alejándose rápidamente del sepulcro, llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. 9 De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. 10 Y Jesús les dijo: «No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea: allí me verán». 11 Mientras ellas iban, algunos guardias fueron a la ciudad para anunciar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. 12 Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, 13 con esta consigna: «Digan así: "Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos". 14 Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo». 15 Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.»
Contexto
Este pasaje se sitúa inmediatamente después de que María Magdalena y la otra María encontraron el sepulcro de Jesús vacío y un ángel les anunciara la Resurrección, dándoles el encargo de avisar a los discípulos. Es la mañana del primer día de la semana, el domingo de Resurrección. Mientras las mujeres cumplen emocionadas su misión, Jesús mismo se les aparece. Simultáneamente, los guardias que custodiaban el sepulcro y fueron testigos de los eventos extraordinarios (el terremoto, el ángel), van a informar a las autoridades religiosas judías, quienes reaccionan no con fe, sino con un intento de encubrimiento. Mateo escribe su evangelio para una comunidad que probablemente conocía la versión falsa del robo del cuerpo, y aquí explica su origen.
Tema Central
El texto presenta dos reacciones opuestas ante el hecho de la Resurrección. Por un lado, la experiencia de las mujeres: un encuentro personal y directo con Jesús resucitado que provoca una mezcla de temor reverencial y una inmensa alegría, les confirma la misión y disipa el miedo ("No teman"). Por otro lado, la reacción de las autoridades religiosas y los guardias: ante la evidencia de un evento sobrenatural que no pueden controlar, optan por la negación, la mentira y el soborno para ocultar la verdad y mantener su posición. El contraste es claro: el encuentro con la verdad lleva a la alegría y a la misión; el rechazo de la verdad lleva a la oscuridad, la mentira y la corrupción.
Aplicación a nuestra actualidad
Este evangelio nos habla de cómo nos encontramos hoy con Jesús Resucitado. Quizás no de forma física como las mujeres, pero sí en la oración, en su Palabra, en los sacramentos, en la comunidad, en los acontecimientos de nuestra vida. ¿Cómo reaccionamos a esos encuentros? ¿Experimentamos esa mezcla de "temor y gran alegría" que nos impulsa a compartir la buena noticia? Jesús nos dice también a nosotros "Alégrense" y "No teman". Nos invita a superar los miedos que nos paralizan (miedo al qué dirán, al compromiso, al sufrimiento) y a vivir con la alegría profunda de sabernos acompañados por Él, que vive.
Además, el texto nos alerta sobre las "mentiras" que circulan también hoy para intentar ocultar o minimizar la verdad de Jesús y su mensaje transformador. Pueden ser las voces del cinismo, del materialismo, de la desesperanza, o incluso nuestras propias excusas para no comprometernos. El dinero y el poder siguen siendo usados para silenciar la verdad. ¿Somos conscientes de estas "versiones" falsas que intentan apagar la luz de la fe? ¿Nos dejamos "sobornar" por la comodidad o el miedo para callar lo que hemos visto y oído? Estamos llamados a discernir la verdad, a abrazarla con alegría como las mujeres, y a ser testigos valientes, aunque otros intenten desacreditar el mensaje.
Preguntas para la reflexión
¿En qué momentos o situaciones he sentido yo esa mezcla de "temor y gran alegría" que puede surgir al experimentar la cercanía de Dios? ¿Qué hice con esos sentimientos?
¿Qué miedos concretos me impiden a veces compartir mi fe o vivirla con más coherencia y alegría? ¿Cómo resuenan en mí las palabras de Jesús "No teman"?
¿A qué "Galilea" (lugar, persona, situación concreta de mi vida) me está enviando Jesús hoy para ser testigo de su presencia viva?
¿Qué "mentiras" o mensajes contrarios al Evangelio reconozco en mi entorno o en mi propio interior que intentan "ocultar" la verdad de Jesús? ¿Cómo les hago frente?
Oración
Jesús Resucitado, que saliste al encuentro de las mujeres llenándolas de alegría y disipando su temor, sal también hoy a mi encuentro. Permíteme reconocerte en mi camino, abrazarme a tu presencia y escuchar tu envío. Que ni el miedo ni las mentiras del mundo me impidan anunciar a mis hermanos y hermanas que Tú vives y nos esperas en nuestra "Galilea" cotidiana para llenarnos de tu paz y tu alegría. Amén.