Salmo 126(125),1-6
"Los que Siembran con Lágrimas, Cosechan entre Cantares"
“1 Canto de las subidas. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: 2 nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos paganos decían: «¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!». 3 ¡Sí, el Señor hizo por nosotros grandes cosas y estábamos rebosantes de alegría! 4 ¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! 5 Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. 6 El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas.”
Contexto
El Salmo 126 es uno de los "Cánticos de las subidas" (Salmos 120-134), cantados por los peregrinos en su camino a Jerusalén. Este salmo en particular refleja la experiencia del pueblo de Israel después del exilio en Babilonia. La primera parte (vv. 1-3) es una mirada gozosa al pasado, recordando la increíble experiencia de la liberación y el regreso a Sión, que parecía un sueño. La segunda parte (vv. 4-6) es una súplica para el presente y el futuro: el salmista pide a Dios que complete esa restauración, utilizando la imagen de la siembra en lágrimas que conduce a una cosecha gozosa.
Tema Central
El tema central es la alegría por la liberación pasada de Dios y la esperanza confiada en una restauración futura. El salmo se mueve desde el recuerdo de un gozo casi onírico por la salvación experimentada, hasta una súplica para que esa salvación se complete, expresada a través de la poderosa metáfora agrícola de que el trabajo duro y el sufrimiento presente ("sembrar entre lágrimas") son la condición necesaria para una futura cosecha de alegría desbordante ("cosechar entre canciones").
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo habla profundamente a nuestras propias experiencias de liberación, de tiempos de prueba y de esperanza en el futuro:
Recordar los "Sueños" de la Liberación de Dios: "Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos...". Todos tenemos en nuestra historia personal momentos en que Dios ha intervenido de manera tan maravillosa que "nos parecía soñar": una sanación inesperada, una reconciliación, la superación de una gran crisis. Es vital recordar estos momentos, ya que se convierten en el fundamento de nuestra esperanza para el futuro.
El Testimonio ante los Demás: "Hasta los mismos paganos decían: «¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!»". La obra de Dios en nosotros no es solo para nuestro propio beneficio, sino que puede convertirse en un poderoso testimonio para aquellos que no creen. Cuando nuestra vida refleja la alegría de la salvación, otros pueden reconocer la mano de Dios.
La Oración en el "Ya, pero Todavía No": "¡Cambia, Señor, nuestra suerte...!". Aunque hemos experimentado la liberación, a menudo esta no es completa. Vivimos en una tensión entre la salvación ya recibida y la plenitud que aún esperamos. Este salmo nos da el lenguaje para orar en esta situación: agradecer por el pasado y suplicar con confianza por el futuro.
La Ley Espiritual de la Siembra y la Cosecha: "Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones". Esta es una de las promesas más consoladoras de la Biblia. Nos asegura que nuestro sufrimiento, nuestras luchas, nuestros esfuerzos y sacrificios presentes, cuando son vividos con fe, no son estériles. Son una "siembra" que, por la gracia de Dios, producirá una "cosecha" de alegría. No debemos desanimarnos si el trabajo de hoy es duro y está lleno de "lágrimas".
Confianza en la Fecundidad del Sacrificio: "El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas". La imagen del sembrador que se desprende de su preciosa semilla (su único sustento) con la incertidumbre del futuro, es una imagen de la fe que se arriesga. Pero la promesa es segura: habrá una cosecha, y la alegría del regreso con las gavillas superará con creces el dolor de la siembra. Para los cristianos, esto se ilumina con el misterio de la Cruz de Cristo: su siembra en el dolor de la muerte produjo la cosecha gozosa de la Resurrección para todos nosotros.
Este salmo es un canto de esperanza para los que atraviesan tiempos difíciles. Nos invita a recordar la fidelidad pasada de Dios, a vivir el presente con la perseverancia del que siembra entre lágrimas, y a mirar al futuro con la confianza segura de que cosecharemos entre cantares de alegría.
Preguntas para la reflexión
¿Cuáles son los momentos en mi vida en que "me parecía soñar" por una intervención liberadora de Dios? ¿Cómo puedo recordar más a menudo esas "grandes cosas" que Él ha hecho por mí?
¿De qué manera mi vida y mi alegría pueden ser un testimonio para que otros digan: "¡El Señor ha hecho grandes cosas por él/ella!"?
¿En qué áreas de mi vida me siento hoy "sembrando entre lágrimas"? ¿Cómo me ayuda la promesa de "cosechar entre canciones" a perseverar en el esfuerzo?
¿Qué "semillas" (de sacrificio, de trabajo, de perdón, de servicio) estoy llamado/a a "esparcir llorando" hoy, confiando en que Dios dará una cosecha abundante?
¿Cómo me ilumina el misterio de la Muerte y Resurrección de Jesús para comprender más profundamente la verdad de que la siembra en el dolor conduce a la cosecha en la alegría?
Oración
Señor, te damos gracias por las grandes cosas que has hecho por nosotros, que a menudo nos parecen un sueño. Renueva hoy nuestra esperanza y cambia nuestra suerte, como los torrentes en el desierto. Danos la fuerza para seguir sembrando entre lágrimas, confiando en tu promesa de que cosecharemos entre canciones. Que, aunque vayamos llorando al esparcir la semilla, podamos volver cantando, trayendo las gavillas de tu gracia y tu bendición. Amén