Salmo 103(102), 6-13
"El Señor es Compasivo y Misericordioso: La Inmensidad de su Perdón"
“6 El Señor practica la justicia y defiende el derecho de todos los oprimidos. 7 Él mostró sus caminos a Moisés y sus proezas al pueblo de Israel. 8 El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; 9 no acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente. 10 No nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. 11 Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de grande es su amor para los que lo temen; 12 cuanto dista el oriente del occidente, así aleja de nosotros nuestras rebeldías. 13 Como un padre es tierno con sus hijos, así es de tierno el Señor con los que lo temen.”
Contexto
El Salmo 103 es un himno individual de alabanza y acción de gracias. Después de que el salmista ha exhortado a su propia alma a bendecir al Señor por sus beneficios personales (perdón, sanación, rescate), ahora amplía su alabanza al carácter de Dios tal como se ha revelado en la historia de Israel y en su esencia misma. Estos versículos son una profunda meditación sobre la justicia, la compasión y la misericordia inagotable de Dios.
Tema Central
El tema central es la revelación del carácter profundamente misericordioso de Dios. Se le describe no solo como un Dios justo que defiende a los oprimidos, sino, sobre todo, como un Padre compasivo, paciente y perdonador, cuyo amor y perdón son tan vastos como el universo. Su ternura hacia sus fieles es comparada con la de un padre hacia sus hijos.
Aplicación a nuestra actualidad
Este pasaje es uno de los retratos más hermosos y consoladores de Dios en toda la Biblia, y nos ofrece verdades fundamentales para nuestra vida espiritual:
El Dios de la Justicia para los Oprimidos: "El Señor practica la justicia y defiende el derecho de todos los oprimidos". La misericordia de Dios no anula su justicia. Su justicia se manifiesta precisamente en ponerse del lado de los vulnerables y defender sus derechos. Esto nos llama a imitarlo, a ser agentes de su justicia en un mundo a menudo injusto.
El Carácter de Dios Revelado: "El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia". Esta es la auto-revelación de Dios a Moisés en el Sinaí (Éxodo 34,6), el corazón de la fe de Israel. En un mundo donde a menudo proyectamos sobre Dios nuestras propias impaciencias y rencores, el salmo nos recuerda su verdadera naturaleza. Es una invitación a dejar que esta verdad sane nuestra imagen de Dios.
Un Perdón que no Guarda Rencor: "No acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente". El perdón de Dios es total y definitivo. Él no nos está constantemente recordando nuestras faltas pasadas. Cuando perdona, "olvida". Esto nos desafía a perdonar a otros de la misma manera, sin guardar rencor.
La Gracia sobre la Culpa: "No nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas". Esta es la definición de la gracia. No recibimos el castigo que merecemos, sino la misericordia que no merecemos. Reconocer esto nos debe llenar de una inmensa gratitud y humildad.
La Inmensidad del Amor y del Perdón: El salmista usa dos imágenes cósmicas para intentar expresar lo inexpresable:
"Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de grande es su amor...": El amor de Dios es infinitamente más grande que nuestra capacidad de comprenderlo.
"Cuanto dista el oriente del occidente, así aleja de nosotros nuestras rebeldías": El perdón de Dios no solo cubre nuestros pecados, sino que los aleja de nosotros a una distancia infinita. El oriente y el occidente son puntos que nunca se encuentran. Así de radical es su perdón.
La Ternura de un Padre: "Como un padre es tierno con sus hijos, así es de tierno el Señor con los que lo temen". Después de las imágenes cósmicas, el salmista usa la imagen más íntima y cercana: la ternura de un padre. El "temor" a Dios no es miedo, sino la reverencia y el amor filial que nos abren a experimentar su compasión paternal.
Este pasaje es una invitación a descansar en el océano de la misericordia de Dios. Nos libera del miedo al castigo y de la carga de la culpa, y nos invita a una relación de confianza filial con un Padre que es justo, compasivo, perdonador y tierno. Es una de las cumbres de la revelación del amor de Dios en el Antiguo Testamento, que encuentra su plenitud en el rostro de Jesucristo.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo hoy participar en la obra de Dios de "practicar la justicia y defender el derecho de los oprimidos" en mi entorno?
¿Mi imagen de Dios se parece más a la del Padre "compasivo y lento para enojarse" que describe el salmo, o a veces tengo una imagen más severa y castigadora?
¿Cómo me ayuda a vivir con más libertad la certeza de que Dios "no me trata según mis pecados ni me paga conforme a mis culpas"?
Al contemplar el cielo o la inmensidad del horizonte, ¿puedo usar esas imágenes para meditar en la magnitud del amor y del perdón de Dios por mí?
¿Qué significa para mí experimentar la "ternura" de Dios como la de un padre? ¿Me permito ser vulnerable y recibir su afecto paternal en mi oración?
Oración
Señor, Dios nuestro, te bendecimos porque eres bondadoso y compasivo, lento para enojarte y de gran misericordia. Gracias porque no nos tratas según nuestros pecados, sino que alejas de nosotros nuestras culpas como el oriente dista del occidente. Que tu amor, tan grande como el cielo sobre la tierra, nos envuelva y nos sane. Enséñanos a acercarnos a Ti con la confianza de hijos, para experimentar tu ternura de Padre y para reflejar tu justicia y tu compasión en nuestro mundo. Amén.