Salmo 111(110), 1-6
"Grandes son las Obras del Señor: Acción de Gracias por su Justicia y Fidelidad"
“1 ¡Aleluya! Doy gracias al Señor de todo corazón, en la reunión de los justos y en la asamblea. 2 Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. 3 Su obra es esplendor y majestad, y su justicia permanece para siempre. 4 Él hizo memorables sus maravillas: el Señor es bondad y compasión. 5 proveyó de alimento a sus fieles y se acuerda eternamente de su alianza. 6 Manifestó a su pueblo el poder de sus obras, dándole la herencia de las naciones.”
Contexto
El Salmo 111 es un himno de alabanza acróstico, donde cada línea (en el original hebreo) comienza con una letra sucesiva del alfabeto, como para expresar una alabanza completa y ordenada de la A a la Z. Es un salmo de acción de gracias que celebra el carácter de Dios a través de la contemplación de sus obras en la historia de la salvación, especialmente en el Éxodo y la entrega de la Tierra Prometida.
Tema Central
El tema central es la acción de gracias y la alabanza a Dios por la grandeza de sus obras, que son la manifestación de su esplendor, su majestad, su justicia eterna y su carácter compasivo. Se destaca la fidelidad de Dios a su alianza, que se concreta en la provisión de alimento y en la entrega de la herencia prometida a su pueblo. Estas obras son "memorables" y "dignas de estudio" para los creyentes.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos ofrece una profunda catequesis sobre cómo vivir nuestra fe a través de la gratitud y la memoria:
Gratitud Personal y Comunitaria: "Doy gracias al Señor de todo corazón, en la reunión de los justos y en la asamblea". La gratitud es el punto de partida de la fe. Debe ser sincera ("de todo corazón") y tener una dimensión tanto personal como comunitaria. Compartir nuestra gratitud en la "asamblea" fortalece la fe de todos.
Contemplar las Obras de Dios: "Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman". La fe no es una creencia ciega. El salmista nos invita a "estudiar", a meditar, a contemplar las obras de Dios en la creación, en la historia de la salvación narrada en la Biblia, y en nuestra propia vida. Este "estudio" amoroso nos revela la grandeza de Dios y profundiza nuestra relación con Él.
La Justicia de Dios que Permanece: "...su justicia permanece para siempre". En un mundo donde la justicia humana es a menudo frágil y cambiante, la certeza de que la justicia de Dios es eterna es una fuente de inmensa esperanza. Podemos confiar en que, al final, su rectitud prevalecerá.
Dios es Bondad y Compasión: "El Señor es bondad y compasión". En medio de su majestad y su poder, el salmista recuerda el corazón de Dios: su misericordia, su ternura. Sus "maravillas" son actos de amor que Él quiere que recordemos ("hizo memorables").
La Fidelidad a la Alianza: "...proveyó de alimento a sus fieles y se acuerda eternamente de su alianza". Dios es fiel a sus promesas. El recuerdo del maná en el desierto ("proveyó de alimento") es el signo de su cuidado constante. Para nosotros, el alimento supremo es la Eucaristía, el signo de la Nueva Alianza de la que Él "se acuerda eternamente".
La Herencia Recibida: "...dándole la herencia de las naciones". La Tierra Prometida fue la herencia de Israel. Para nosotros, los cristianos, la herencia que hemos recibido en Cristo es la vida eterna, la participación en la vida divina y la ciudadanía del cielo.
Este pasmo es una invitación a vivir con una memoria agradecida. Nos llama a no dar por sentada la acción de Dios, sino a estudiarla, amarla y celebrarla. Es un recordatorio de que nuestra fe se basa en las "grandes obras" de un Dios justo, compasivo y eternamente fiel a su alianza de amor.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera puedo yo hoy "dar gracias al Señor de todo corazón", tanto en mi intimidad como en mi comunidad?
¿Cuáles son las "obras del Señor" que necesito "estudiar" o meditar más profundamente para que mi amor por Él crezca?
¿Cómo me consuela o me da esperanza la certeza de que la "justicia de Dios permanece para siempre"?
¿Qué "maravillas" de la bondad y la compasión de Dios en mi vida necesito hacer más "memorables" para no olvidarlas?
¿Soy consciente de que, en la Eucaristía, Dios me "provee de alimento" y "se acuerda eternamente" de su Nueva Alianza conmigo?
Oración
¡Aleluya! Señor, te doy gracias de todo corazón en la asamblea de tus fieles. Grandes son tus obras, y quiero amarlas y estudiarlas cada día. Tu obra es esplendor y majestad, y tu justicia permanece para siempre. Gracias por tus maravillas, porque eres bondad y compasión. Gracias por proveernos de alimento y por acordarte siempre de tu alianza. Que mi vida sea un testimonio del poder de tus obras, para tu gloria. Amén.