Salmo 96(95), 1, 3-5, 11-13
"Canten un Canto Nuevo: La Creación se Alegra ante el Rey y Juez Justo"
“1 ¡Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra!... 3 Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. 4 Porque el Señor es grande y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. 5 Los dioses de los pueblos no son más que ídolos, pero el Señor ha hecho el cielo... 11 ¡Alégrense los cielos, y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; 12 regocíjese el campo con sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque! 13 ¡Griten de gozo delante del Señor, porque él viene, porque viene a gobernar la tierra: él gobernará el mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!”
Contexto
El Salmo 96 es un himno de alabanza exuberante que celebra la soberanía universal de Dios. Es uno de los "salmos de entronización", que proclaman "¡El Señor reina!". Este salmo tiene un fuerte carácter misionero, invitando a "toda la tierra" y a "las naciones" a unirse a la alabanza. Los versículos seleccionados cubren la llamada inicial a la alabanza, la razón de esta alabanza (la grandeza de Dios frente a la nada de los ídolos), y una personificación poética de toda la creación que se alegra ante la venida del Señor como Juez justo.
Tema Central
El tema central es una invitación universal a la alabanza y al anuncio misionero de la gloria de Dios, quien es el único Dios verdadero y Creador, en contraste con los ídolos vanos. El clímax del salmo es la proclamación de la venida del Señor para gobernar el mundo, un evento que no inspira temor en la creación, sino una alegría cósmica, porque su gobierno se basará en la justicia y la verdad.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos invita a una fe gozosa, misionera y llena de esperanza en el juicio justo de Dios:
Un "Canto Nuevo" y Misionero: "Canten al Señor un canto nuevo... Anuncien su gloria entre las naciones...". La experiencia de la grandeza de Dios no puede guardarse para uno mismo. Nos impulsa a un "canto nuevo" (una alabanza renovada y fresca) y a una misión (anunciar su gloria). Nuestra fe debe tener esta doble dimensión de adoración y evangelización.
El Dios Verdadero vs. los Ídolos Modernos: "Los dioses de los pueblos no son más que ídolos, pero el Señor ha hecho el cielo". El salmo contrasta al Dios Creador con los ídolos, que son nada. Hoy, los "ídolos" no son estatuas de madera o piedra, sino el dinero, el poder, el éxito, la ideología, el ego. Este versículo nos llama a un discernimiento constante: ¿estamos adorando al Dios vivo y verdadero, o a los ídolos vanos de nuestra cultura?
La Alegría Cósmica de la Creación: "¡Alégrense los cielos, y exulte la tierra, resuene el mar... regocíjese el campo... griten de gozo los árboles...!". El salmista nos presenta una visión poética donde toda la creación participa en una liturgia de alegría. Esto nos invita a ver la naturaleza no como un objeto inerte para ser explotado, sino como una compañera en la alabanza a su Creador. Fomenta una espiritualidad ecológica, donde el cuidado de la creación es una forma de honrar a Dios.
La Venida del Señor como Juez Justo: "...porque él viene, porque viene a gobernar la tierra: él gobernará el mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!". Es notable que la venida de Dios como Juez no sea motivo de terror, sino de alegría para la creación. ¿Por qué? Porque su juicio no es arbitrario. Es un juicio que restablecerá la justicia y la verdad, que pondrá fin a la opresión y al desorden causado por el pecado. Para un mundo que sufre la injusticia, la venida de un Juez perfectamente justo es la mejor de las noticias.
Esperanza en la Justicia Final: Esta visión del juicio de Dios debe llenar nuestro corazón de esperanza. Aunque a menudo veamos triunfar la mentira, la corrupción y la injusticia, la fe nos asegura que esto no tendrá la última palabra. El Señor vendrá y gobernará con justicia. Esta esperanza nos debe animar a trabajar por la justicia y la verdad en el presente, como una anticipación de su Reino.
Este salmo es una explosión de alabanza y esperanza. Nos llama a anunciar al único Dios verdadero, a unirnos al canto de alegría de toda la creación, y a esperar con gozo la venida del Señor, que traerá la justicia y la verdad definitivas a nuestro mundo.
Preguntas para la reflexión
¿Qué "canto nuevo" puedo yo cantar hoy al Señor, basado en una experiencia reciente de su grandeza?
¿Cómo puedo yo hoy "anunciar su gloria" y sus "maravillas" a las "naciones" (las personas de mi entorno)?
¿Cuáles son los "ídolos" de mi tiempo que más necesitan ser desenmascarados como "nada" frente al Señor, el Creador del cielo?
¿De qué manera puedo yo unirme a la "alegría de la creación", viendo y celebrando la presencia de Dios en la naturaleza que me rodea?
¿La idea del juicio de Dios me produce miedo, o me llena de esperanza, al confiar en que Él vendrá a "gobernar el mundo con justicia y a los pueblos con su verdad"?
Oración
Señor, te cantamos un canto nuevo, porque eres grande y muy digno de alabanza, más temible que todos los ídolos que el mundo adora. Que los cielos se alegren, que la tierra exulte ante tu presencia. Te esperamos con gozo, porque vienes a gobernar la tierra. Gobierna, Señor, nuestro mundo con tu justicia y a todos los pueblos con tu verdad. Que toda la creación y toda la humanidad te alaben por siempre. Amén.