Salmo 98(97), 2-6
"El Señor Manifiesta su Victoria: La Creación Aclama a su Rey"
“2 El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: 3 se acordó de su amor y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios. 4 ¡Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos! 5 ¡Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; 6 con clarines y al son de la trompeta, aclamen al Rey y Señor!”
Contexto
El Salmo 98 es un himno de alabanza que celebra el reinado universal de Dios. Es uno de los "salmos de entronización del Señor". Comienza con una invitación a cantar un "canto nuevo" por las maravillas de Dios. Los versículos seleccionados aquí desarrollan el motivo de esta alabanza: la manifestación de la victoria salvadora de Dios. Esta victoria, aunque tiene su origen en la fidelidad de Dios a Israel, tiene un alcance universal, y por tanto, toda la tierra y todos los instrumentos de celebración están llamados a unirse a esta aclamación gozosa.
Tema Central
El tema central es la celebración de la victoria salvadora de Dios, que se revela como un acto de justicia, amor y fidelidad, y tiene un impacto universal. La respuesta adecuada a esta manifestación del poder salvador de Dios es una aclamación gozosa y sonora por parte de toda la tierra, que reconoce al Señor como su Rey.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo nos invita a una alabanza exultante y a una comprensión profunda de la salvación de Dios:
La Salvación como Victoria Manifestada: "El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones". La salvación de Dios no es una idea secreta o privada. Es una "victoria" que Él ha "manifestado", ha hecho visible en la historia. Para los cristianos, esta victoria se manifiesta de forma suprema en la resurrección de Jesucristo, el triunfo definitivo sobre el pecado y la muerte. Es una victoria que "revela su justicia", su manera de poner las cosas en orden según su plan de amor.
Del Amor a Israel a la Visión Universal: "Se acordó de su amor y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios". La acción de Dios comienza en lo particular (su fidelidad a Israel), pero su propósito es universal. La salvación de Israel se convierte en una luz para que "todos los confines de la tierra" puedan ver la obra de Dios. Esto nos recuerda que nuestra experiencia personal de la fe no es solo para nosotros, sino para ser un testimonio que ilumine a otros.
La Tierra Entera Llamada a la Alabanza: "¡Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos!". La respuesta a la victoria de Dios no puede ser el silencio. Es una explosión de júbilo que debe involucrar a toda la humanidad. Es un llamado a una fe alegre, expresiva y contagiosa.
Alabanza con Todos los Medios: "...con el arpa... con clarines y al son de la trompeta...". El salmista convoca a todos los instrumentos, desde los más suaves (arpa) hasta los más potentes (trompeta), para la alabanza. Esto simboliza que debemos usar todos nuestros dones, talentos, recursos y artes para glorificar a Dios. No hay un solo "estilo" de alabanza; todo lo que expresa la alegría del corazón es bienvenido.
Aclamar al Rey y Señor: "...aclamen al Rey y Señor!". La alabanza culmina en el reconocimiento de la soberanía de Dios. "Rey" implica su autoridad y su gobierno. "Señor" (YHWH) implica su identidad como el Dios de la alianza, el Dios que es fiel y salva.
Este pasaje es una inyección de gozo y de esperanza. Nos invita a centrar nuestra atención en la gran "victoria" que Dios ha ganado para nosotros en Cristo, a reconocer que esta salvación es para todos, y a responder con una alabanza total, que involucre todo nuestro ser, nuestros talentos y nuestra comunidad, aclamando a Jesús como nuestro Rey y Señor.
Preguntas para la reflexión
¿De qué manera he "visto" yo la "victoria" de Dios en mi propia vida o en la historia? ¿Cómo ha "revelado su justicia"?
¿Soy consciente de que la fidelidad de Dios a su pueblo (y a mí) tiene un propósito universal, para que "todos los confines de la tierra" puedan ver su salvación?
¿Mi alabanza a Dios se parece a una "aclamación jubilosa", o tiende a ser tímida o rutinaria?
¿Qué "instrumentos" (mis talentos, mi voz, mi trabajo, mi arte) puedo yo hoy poner al servicio de la alabanza a Dios?
¿Qué significa para mí hoy, en la práctica, "aclamar al Señor como Rey" en medio de un mundo con tantos otros "reyes" y "señores"?
Oración
Señor, nuestro Dios, te aclamamos con júbilo porque has manifestado tu victoria y has revelado tu justicia a todas las naciones. Gracias por tu amor y tu fidelidad eternos. Que toda la tierra y todo nuestro ser te aclamen con cantos y al son de instrumentos. Te reconocemos y te aclamamos como nuestro Rey y Señor, ahora y por siempre. Amén.