Salmo 146(145), 5-10
"Feliz el que Confía en el Dios Justo, Creador y Rey Eterno"
“5 ¡Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios! 6 Él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; él mantiene su fidelidad para siempre; 7 hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos, 8 abre los ojos de los ciegos y levanta al abatido; el Señor ama a los justos 9 y protege a los extranjeros; sustenta al huérfano y a la viuda, y malogra el camino de los malvados. 10 ¡El Señor reina para siempre, tu Dios, Sión, por todas las generaciones! ¡Aleluya!”
Contexto
El Salmo 146 es el primero de los cinco "Salmos Aleluya" finales que cierran el Salterio. Es un himno de alabanza que comienza contrastando la fragilidad de la confianza en los poderes humanos (vv. 3-4, no incluidos aquí) con la bienaventuranza de confiar en el Señor. Los versículos seleccionados son el corazón del salmo, donde se enumeran las razones por las cuales es "feliz" aquel que pone su esperanza en Dios: su poder como Creador, su fidelidad eterna y, sobre todo, su justicia activa en favor de los más vulnerables y oprimidos.
Tema Central
El tema central es la proclamación de la bienaventuranza ("felicidad") de quien confía en el Señor, un Dios que no es una deidad lejana, sino el Creador poderoso, eternamente fiel, y un Rey justo que interviene activamente en la historia para defender, liberar y sustentar a los oprimidos, los hambrientos, los cautivos, los ciegos, los abatidos, los extranjeros, los huérfanos y las viudas. El salmo culmina con una aclamación de su reinado eterno.
Aplicación a nuestra actualidad
Este salmo es una poderosa declaración de fe y un programa de vida para el creyente. Nos enseña en quién confiar y cómo debemos actuar para reflejar el carácter de nuestro Dios:
La Fuente de la Verdadera Felicidad: "¡Feliz el que... pone su esperanza en el Señor, su Dios!". El salmo nos indica dónde se encuentra la verdadera felicidad duradera. No en la confianza en los líderes políticos, en la riqueza o en el poder humano, que son falibles y pasajeros, sino en una confianza radical en el Dios de Jacob. Es una invitación a examinar las fuentes de nuestra propia esperanza.
Confianza en el Creador Fiel: La razón para confiar es doble: es el Creador todopoderoso ("hizo el cielo y la tierra") y es eternamente fiel ("mantiene su fidelidad para siempre"). Su poder no es caprichoso, sino que está al servicio de su fidelidad. Podemos confiar en que sus promesas se cumplirán.
El Dios de la Justicia Social: La larga lista de acciones de Dios (vv. 7-9) es un manifiesto de su justicia y su compasión. Dios no es neutral; Él toma partido por los vulnerables.
"Hace justicia a los oprimidos": Nos llama a luchar contra las estructuras de opresión.
"Da pan a los hambrientos": Nos urge a la solidaridad y a compartir nuestros recursos.
"Libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos, levanta al abatido": Nos habla de una liberación integral, física, social y espiritual.
"Protege a los extranjeros; sustenta al huérfano y a la viuda": Muestra su predilección por los más desamparados.
Este retrato de Dios nos desafía a que nuestra fe se traduzca en un compromiso concreto con la justicia y el cuidado de los marginados, para que seamos un reflejo de su corazón.
El Reinado Eterno de Dios: "¡El Señor reina para siempre...!". A pesar del aparente caos o del triunfo de la injusticia en el mundo, la fe nos asegura que el reinado de Dios es eterno y que Él tendrá la última palabra. Esta certeza nos da una esperanza inquebrantable y nos anima a perseverar en la construcción de su Reino.
Este salmo es una invitación a la alegría que nace de la confianza en un Dios poderoso, fiel y justo. Es un llamado a alinear nuestras vidas con su corazón, preocupándonos por aquellos por quienes Él se preocupa, y a vivir con la seguridad de que su Reino de justicia y amor prevalecerá para siempre.
Preguntas para la reflexión
¿En quién o en qué pongo mi "esperanza" y mi "apoyo" fundamental en la vida? ¿En "príncipes" humanos o en el "Señor, mi Dios"?
¿De qué manera la fe en Dios como Creador todopoderoso y eternamente fiel fortalece mi confianza para enfrentar las dificultades de la vida?
Al leer la lista de acciones de Dios en favor de los oprimidos y vulnerables, ¿cómo me siento desafiado/a a participar en esa obra de justicia y compasión en mi propio entorno?
¿Quiénes son los "extranjeros", "huérfanos" y "viudas" (los desamparados) de mi tiempo a quienes estoy llamado/a a "proteger" y "sustentar"?
¿Cómo me ayuda la certeza de que "el Señor reina para siempre" a vivir con esperanza y a no desanimarme ante las injusticias del mundo?
Oración
¡Aleluya! Señor, Dios de Jacob, feliz soy cuando pongo en Ti mi esperanza. Tú, que hiciste el cielo y la tierra y mantienes tu fidelidad para siempre, te alabamos. Tú que haces justicia a los oprimidos y das pan a los hambrientos, que liberas a los cautivos y levantas al abatido, te bendecimos. Ayúdanos a reflejar tu amor por los justos y tu cuidado por los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Que vivamos con la alegría de saber que Tú reinas para siempre, y que nuestra vida sea un testimonio de tu justicia y tu amor. Amén.