1 Tesalonicenses 3,7-13
"Consuelo, Oración y Crecimiento en el Amor y la Santidad"
“7 Por eso, hermanos, en medio de todas nuestras privaciones y tribulaciones, hemos encontrado en ustedes un gran consuelo, al conocer su fe. 8 Ahora sí que vivimos, al saber que ustedes se mantienen firmes en el Señor. 9 ¿Cómo podemos dar gracias a Dios por ustedes, por toda la alegría que nos hacen sentir en su presencia? 10 Día y noche le pedimos encarecidamente poder volver a verlos para completar lo que todavía falta a su fe. 11 Que el mismo Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús, nos allanen el camino para ir a verlos. 12 Que el Señor los haga crecer y sobreabundar en amor mutuo y hacia todos los demás, como es nuestro amor por ustedes, 13 a fin de que él fortalezca sus corazones y los haga santos e irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida de nuestro Señor Jesús, con todos sus santos.”
Contexto
Este pasaje se encuentra en la Primera Carta a los Tesalonicenses. Pablo, lleno de ansiedad por no tener noticias de la joven comunidad que había fundado en medio de la persecución, envió a Timoteo para fortalecerlos. Ahora, Timoteo ha regresado con buenas noticias sobre la fe y el amor perseverantes de los tesalonicenses. La reacción de Pablo es de un inmenso alivio, consuelo y alegría. Este pasaje es la efusiva expresión de esos sentimientos, que se desbordan en una oración ardiente por el crecimiento continuo de la comunidad.
Tema Central
El tema central es la profunda interconexión espiritual entre el apóstol y su comunidad. La fidelidad de los tesalonicenses se convierte en una fuente de consuelo y vida para Pablo en sus propias tribulaciones. Esta alegría lo impulsa a una oración intercesora intensa, pidiendo tres cosas fundamentales para ellos: que puedan reencontrarse, que crezcan y sobreabunden en un amor universal, y que sean fortalecidos en la santidad para estar preparados para la segunda venida de Cristo.
Aplicación a nuestra actualidad
El corazón pastoral de Pablo, revelado en esta oración, nos enseña lecciones vitales sobre la vida cristiana y las relaciones comunitarias:
La Fe de los Demás es Fuente de Consuelo: "Hemos encontrado en ustedes un gran consuelo, al conocer su fe. Ahora sí que vivimos, al saber que ustedes se mantienen firmes...". La vida de Pablo está tan unida a la de sus comunidades que su bienestar espiritual le da vida a él. Esto nos muestra el poder de la comunión de los santos. La fidelidad de un hermano o de una comunidad puede ser una fuente de inmenso aliento para otros, especialmente para aquellos que sufren. ¿Soy consciente de que mi propia fidelidad puede ser una fuente de vida para otros?
La Alegría en la Presencia de Dios por los Demás: "¿Cómo podemos dar gracias a Dios por ustedes, por toda la alegría que nos hacen sentir en su presencia?". La alegría de Pablo no es egocéntrica. Es una alegría "delante de Dios" que brota al ver la obra de la gracia en los demás. Es una invitación a cultivar una alegría que se goza en el bien y el crecimiento espiritual de nuestros hermanos.
Nunca Satisfechos: El Deseo de un Mayor Crecimiento: A pesar de las buenas noticias, Pablo quiere "completar lo que todavía falta a su fe". Una comunidad sana nunca se estanca ni se da por satisfecha. Siempre hay espacio para crecer en la comprensión y la práctica de la fe. El verdadero amor pastoral siempre anhela un "más" para aquellos a quienes sirve.
La Oración por un Amor que Crece y Sobreabunda: "Que el Señor los haga crecer y sobreabundar en amor mutuo y hacia todos los demás...". Esta es la petición central. El amor no es estático; debe "crecer" (profundizarse) y "sobreabundar" (expandirse). Y este amor tiene una doble dirección: hacia adentro ("amor mutuo", en la comunidad) y hacia afuera ("hacia todos los demás", universal). El modelo es el amor del propio Pablo por ellos.
El Fin Último: La Santidad ante la Venida del Señor: El crecimiento en el amor tiene un propósito escatológico: "...a fin de que él fortalezca sus corazones y los haga santos e irreprochables... el Día de la Venida de nuestro Señor Jesús...". El amor es el camino a la santidad. Y toda la vida cristiana se vive con el horizonte de la segunda venida de Cristo. Estamos llamados a vivir de tal manera que estemos preparados para ese encuentro definitivo.
Este pasaje es un hermoso testimonio del amor pastoral y de la dinámica del crecimiento cristiano. Nos invita a ser fuente de consuelo unos para otros con nuestra fidelidad, a orar insistentemente por el crecimiento en el amor de nuestras comunidades, y a vivir cada día con la mirada puesta en el encuentro final con el Señor, buscando una santidad que se forja en el amor.
Preguntas para la reflexión
¿Soy consciente de cómo la fidelidad de otros creyentes me da "consuelo" y "vida" en mis propias luchas? ¿Doy gracias a Dios por ellos?
¿Mi alegría incluye el gozarme sinceramente por el crecimiento espiritual de las personas en mi comunidad, como lo hacía Pablo?
¿Qué "falta a mi fe" hoy? ¿Pido a Dios y a la comunidad que me ayuden a "completar" mi formación y mi crecimiento?
¿Mi amor es un amor que "crece y sobreabunda"? ¿Se extiende más allá de mi círculo cercano para incluir "a todos los demás"?
¿Vivo con una conciencia real de la "Venida de nuestro Señor Jesús"? ¿Cómo me motiva esta esperanza a buscar una mayor santidad e irreprochabilidad en mi vida?
Oración
Dios y Padre nuestro, te damos gracias por la fe de nuestros hermanos, que es para nosotros fuente de consuelo y de alegría. Te pedimos encarecidamente por nuestra comunidad: haznos crecer y sobreabundar en amor mutuo y hacia todos. Fortalece nuestros corazones y haznos santos e irreprochables, para que estemos preparados para el Día glorioso de la Venida de nuestro Señor Jesús, con todos sus santos. Amén.